¿Cuál ha sido el encargo más difícil en el mundo del cine o la televisión?

Sin ninguna duda la serie de televisión El hombre y la tierra. Fue un proyecto largo y muy complejo. Era hacer un trato musical a un mundo como la vida de la naturaleza y la fauna, que tenía una personalidad especial y había que buscar una efectos musicales que encajaran en este lenguaje tan nuevo. Fue interesante pero también fue el trabajo más difícil.

¿A qué película de hoy en día le gustaría poner banda sonora?

No lo he pensado. Hace muchos años que dejé de hacer música para cine y estoy desconectado. Estoy inmerso en mi mundo de creación sinfónica. Pero me encantaría poner música en una película donde hubiese grandes posibilidades para un compositor.

¿La buena música en cine es aquella que no se nota?

Es totalmente falso. La música en el cine tiene una misión fundamental que es convertir la palabra, la imagen o el paisaje en emoción. Y claro que la notas. La música está actuando como un lenguaje del alma.

El año pasado llegó la medalla de oro de la Academia del Cine. ¿Con más de 200 bandas sonoras, le hubiera gustado tener un Goya?

No lo he pensado nunca. Solo pienso en las obras que tengo que hacer. Los premios si vienen, los agradezco, pero si no llegan, no me preocupa. Crear una nueva obra es el mejor premio que puede tener un compositor.

¿Por qué abandonó el mundo del cine?

Nos abandonamos. Fue como una historia de amor que se terminó. No sé si yo me fui o fue el propio cine que tomó la iniciativa. Fue el momento oportuno para entrar en otros campos de la creación con más tiempo y más dedicación como el mundo de la música sinfónica, los ballets, la ópera, la música de cámara, los conciertos...

De todas sus composiciones, ¿tiene una favorita?

Mi ópera Divinas palabras. Es mi favorita por lo que supuso en el momento histórico de la vida musical de Madrid y el trabajo tan enorme que me llevó. Sirvió para la inauguración del Teatro Real en ópera.

¿Habrá una segunda ópera?

No lo creo. La tendríamos si hubiese un texto que me impresionara, que me emocionara.

¿Qué falla en los textos?

Deben darse un conjunto de circunstancias muy particulares para que me interese volcar mi música sobre este texto. Tiene que haber amor, pasión, modernidad, novedad y tener la medida exacta de texto. Pero, sobre todo, debe tener la voluntad de atraer y de emocionar para que lo convierta en música. Puede que los haya pero aún no los he encontrado. Tal vez no he buscado lo suficiente.

¿En qué se inspira para componer?

No me inspiro en nada. Me inspiro en la propia música y la inspiración viene dada por la propia vida. Uno está inspirado cuando en su mente y en su corazón tiene deseos de escribir y de decir cosas bellas. La inspiración es trabajar, trabajar y trabajar, siempre con la ilusión de que habrá una obra que tenga utilidad para la gente sensible.

Con esta magnífica trayectoria, ¿qué le queda por hacer?

La siguiente obra. Ahora estoy trabajando en una obra para unas variaciones para violonchelo y orquesta.

¿Qué visión tiene de la situación musical en España?

Es muy confusa. Por un lado, hay cosas positivas pero, por otro, hay otras negativas. La visión es muy extraña. Hay infraestructura para que España sea un país en la cabecera de los países cultos en la música. Hay infraestructura tanto humana como de auditorios y conservatorios, pero luego le falta el apoyo económico estatal y el apoyo social que, en general, tampoco tiene.

¿Qué le parece que la LOMCE relegue la música a una asignatura optativa?

La música es muy importante para despertar los cerebros de los niños y de los jóvenes, por todo lo que tiene de matemática. Al ser una matemática expresiva, actúa como matemática cuando el cerebro se va desarrollando y va uniendo tantas y tantas voces y sistemas a la vez. Entonces estamos desarrollando la inteligencia de una manera muy importante, a parte de los valores culturales que tiene. Para lograr el desarrollo intelectual de un niño, la música es un sistema extraordinario.