Más de cincuenta años a sus espaldas, un buen puñado de himnoa intergeneracionales y siempre con una visión tan crítica como sensata de nuestro país. El cantautor de cantautores repasará su carrera en el Auditorio de Málaga el próximo 10 de julio con su espectáculo «Antología desordenada».

Lleva dando conciertos desde octubre del año pasado. ¿Cómo se siente en estos momentos?

Muy contento. Sobre todo por la complicidad de la gente, que está haciendo muy llevadera esta gira de más de cien ciudades. El cansancio se produce después de cada actuación, pero hay tiempo para recuperarse para la siguiente.

¿Habrá en Málaga un músico o cantante invitado como ha hecho en otras ciudades?

A mí me gustaría. Pero en los meses de junio y julio la gente está muy dispersa. No hay prevista ninguna sorpresa. Pero espero ser yo suficiente sorpresa.

Teniéndole delante resulta imposible no preguntarle por diversas cuestiones de la actualidad española. Vamos por partes... ¿Qué le parece la actual situación en Cataluña con la separación de Convergéncia i Unió y las nuevas fuerzas de izquierda?

En general, las cosas que están ocurriendo en este momento son bastante naturales. Convergència y Unió son partidos con concepciones bastante diferentes en algunos temas y que hayan estado juntos bastante tiempo me parece que correspondía a un criterio coyuntural, pero las cosas han llegado a un punto que ni siquiera estos intereses en común son capaces de mantenerlos unidos. Por otra parte, la introducción de grupos alternativos de izquierda en Cataluña, como en toda España, dan un planteamiento nuevo a la política, y hay que darle un margen de tiempo suficiente para que puedan mostrar. Me parece brutal esa persecución a la que han sido sometidos sin haberse ni siquiera mostrado. Pero el tiempo siempre acostumbra a poner las cosas en su sitio.

En el tema de los tuits del concejal Zapata hay quienes dicen que es humor negro y otros una falta de respeto injustificable.

A mí me parecen desafortunados estos tuits. Lo que ocurre es que este mundo cibernético en el que nos movemos, lo que aparece en las redes parece que entra siempre en unas dinámicas de condena como muy inmediatas. Los juicios son sumarios e inmediatos. Supongo que todo necesita su tiempo para ser valorado como debiera. Y que siempre existen unos intereses detrás de todo este tipo de cuestiones. Yo no participo en ningún tipo de manifestación xenófoba por muy graciosa que pueda ser. Pero si hubiera que buscar manifestaciones de este tipo, nos podríamos también remontar a otros grupos políticos y otros personajes que se han manifestado acerca de la mujer, y acerca de otras culturas, que son muy reprochables.

¿Cree que, en la situación actual, puede surgir un movimiento parecido a la Nova Canço?

La Nova Cançó fue un todo que apoyaba algo muy claro, una restauración de una cultura que estaba condenada al ostracismo, de un idioma, una convivencia, unas cosas clarísimas, una realidad catalana que el franquismo había secuestrado, a gente a la que había enviado a las cárceles, al paredón, y al exilio. Y como movimiento político siempre tuvo cualquier tipo de reivindicación. El simple hecho de cantar en catalán era una lucha contra la dictadura.

Sin embargo, hay gente pública que apoya la independencia como es el caso de Laporta.

Laporta siempre se ha manifestado independentista. Es más. No ser así sería una contradicción. Laporta ha sido diputado en la Generalitat de Cataluña por un partido independentista. No estamos desenmascarando nada.

Y sobre si es mejor o peor una Cataluña independiente, ¿tiene Joan Manuel Serrat una opinión al respecto?

A mí en estos momentos me preocupan más otro tipo de problemas relacionados con la sanidad, la educación y el trato a los viejos. En este sentido, como gran parte de la gente, estamos por el derecho de poder manifestar. Hay muchas cosas prioritarias en resolver en España y Cataluña.

¿Qué ha sido lo mejor y lo peor de estos 50 años de historia?

Lo mejor, sin duda, es haber llegado aquí. Y lo mejor de mi vida no está únicamente en el mundo de la música y de mi profesión. Lo mejor está en mi mundo personal e íntimo. El haber podido tener la familia que tengo, los hijos que tengo, los amigos que tengo. Y el haber podido vivir con la libertad con la que he podido vivir y haciendo el oficio que me ha gustado hacer, y que me ha llevado por todo el mundo. He conocido gente maravillosa. Y he podido entender un poco mejor a las gentes de todos los lugares, descubrir que a nuestras culturas, por muy distintas que sean, en el fondo nos unen unas cosas muy similares. Sentimos las cosas más intensas de la misma manera. Amamos a nuestros hijos de la misma forma, y sangramos líquido del mismo color.

Ese final me recuerda un poco a un discurso de John Fitzgerald Kennedy...

Lo de «sangramos», sí. Kennedy tenía cosas que estaban muy bien. Y eso que se dice que sólo hablaba de los americanos. Yo no, yo hablo de culturas mucho más allá, él nunca conoció el National Geographic.

¿Cómo recuerda al escritor Eduardo Galeano?

Como la más auténtica resistencia de la izquierda que he podido conocer. Fue un hombre que vivía como escribía, y pensaba como vivía. Era simpático, ocurrente y le gustaba las mujeres y el vino como si fuera del Mediterráneo.

¿Es viable repetir una gira con Sabina como la de 2013?

Repetir no me gusta repetir nada. Si hiciéramos una gira intentaríamos que fuera absolutamente distinta. Y que fuera lo mismo que las otras: puro descubrimiento y diversión.