"Pablo podía mirar el dibujo de un niño de 12 años como si fuese un Velázquez", destaca Xavier, sobrino nieto de Picasso e hijo de Javier Vilató, que recuerda que el arte ha estado siempre presente en su vida, incluso antes de que pudiera percibirlo como tal. Muchos de sus trabajos forman parte de la recién inaugurada muestra de la Casa Natal, La línea ininterrumpida. Picasso, Fín, Vilató, Xavier, que refleja a una familia unida por las técnicas del grabado y cuya historia arranca tras acabar la Guerra Civil Española, en 1939, cuando Picasso acoge a sus sobrinos J. Fín y Vilató -hijos de su hermana Lola- en su casa de París y los inicia en el grabado en el legendario taller de Roger Lacourière.

A través de 141 piezas de los cuatro artistas, la exposición muestra el amplio recorrido por la relación de Picasso con sus sobrinos, Fín y Vilató, brillantes estampadores, y Xavier, artista plástico hijo de Vilató y heredero de la tradición familiar. Entre las piezas más relevantes de esta muestra destaca El zurdo (1899), el primer grabado que Picasso hiciera y del que sólo existe un único ejemplar, proveniente de la Colección Sylvia Mazo.

Con esta muestra se revela el insaciable apetito de Picasso por las nuevas técnicas que descubría y por los retos que estas le proponían. Durante los primeros años del siglo XX, descubre la técnica del grabado y entrega 'La comida frugal' en 1904. Más tarde, Picasso trabajará con la misma inventiva las técnicas de la litografía y del grabado sobre linóleo.

Comisariada por Marta-Volga de Minteguiaga-Guezala, La línea ininterrumpida. Picasso, Fín, Vilató, Xavier, muestra que ocupa todas las salas de la Casa Natal y que podrá visitarse hasta el 24 de enero, supone uno de los actos centrales de la celebración de la XXVIII edición del Octubre Picassiano.