Tabletom, la institución roquera más venerada de Málaga, prepara el lanzamiento de su nuevo disco. No es que la vida les haya tratado con mucho tiento desde su anterior trabajo de estudio, Sigamos en las nubes, lanzado en 2008, pero ya saben que ellos son, siempre lo han sido, irreductibles e inoxidables. Será el primer álbum de estudio desde que falta Roberto, leyenda de los escenarios mucho antes de su marcha, en 2011, aunque hay sentidos recuerdos hacia él a lo largo de sus ocho cortes y la misma portada, creación del pintor Andrés Mérida.

El elepé llevará por título Luna de mayo, de uno de los poemas de Juan Miguel González -autor de todas las letras- a los que Tabletom ha puesto música. El disco estará en las tiendas los primeros días de abril y su presentación en directo será el 22 de ese mismo mes en la Sala Eventual. Grabado en Puerto Records bajo la supervisión de Manuel Toro, Luna de mayo llega después de un periodo un tanto complejo para Perico y Pepillo Ramírez, miembros fundadores del grupo junto al desaparecido Roberto. «Llevamos mucho tiempo decidiendo hacer este disco», comenta Perico.

El guitarrista confiesa que tienen «mucha ilusión» por dar a conocer sus nuevas composiciones, de las que se sienten «muy satisfechos». La nueva energía que hoy muestra Tabletom reside en gran medida en su «renovada banda». La llegada del bajista Jorge Blanco, el batería Nico Huguenin, el teclista Manuel Nocete y el cantante Salva Marina ha propiciado, según cuenta Perico, que «las ideas musicales del grupo estén más avanzadas y los nuevos temas sean más elaborados».

«Con Tony [el cantante de Eskorzo fue el primero en tomar el testigo de Roberto] estábamos muy contentos», relata Perico, que reconoce que «con la distancia -el vocalista vive en Granada- el proyecto del disco «se puso un poco cuesta arriba». «Necesitábamos tener un cantante cerca para poner las ideas en común. Además, Salva tiene un gusto musical más cercano al nuestro y creo que los temas han quedado muy redondos», explica.

Los desarrollos instrumentales y las generosas introducciones, marca de la casa, siguen estando presentes en el nuevo disco, donde se percibe «la evolución» del grupo sin que ello suponga un cambio sustancial: «Suena a Tabletom puro», reconoce Perico.

El rock sigue siendo. La temática de las canciones de Luna de mayo van desde el profundo y cariñoso homenaje de San Roberto de Hachís -«con una letra preciosa de Juan Miguel González, que llega muy profundo»- a las posturas inconformistas de Músico indignado y Me rebelo contra el mal. «Estamos un tanto reivindicativos en este disco. Los tiempos están como están y nos han influenciado en este aspecto», asegura el guitarrista.

También hay un tema en acústico, «grabado con guitarra, flauta, chelo y castañuelas», que los hermanos Ramírez han querido dedicar a su madre. «Lo hemos titulado Homenaje a doña Concha Maestre Camplán. Lo queríamos titular así, como hacían los clásicos. Como cuando Tárrega dedicó su Capricho Árabe al eminente maestro Bretón».

Todo está a punto para este regreso de Tabletom: la nueva banda ya ha sido rodada -en verano ofrecieron sonadas actuaciones en la plaza de toros de La Malagueta y en el Real de la Feria- y el nuevo disco está en fábrica. El próximo 11 de marzo actuarán junto a Mártires del Compás en la Sala París 15, pero para escuchar sus nuevas canciones habrá que esperar al 22 de abril.