En un terreno impreciso entre géneros como el terror gótico, las aventuras de Julio Verne y las novelas de la Prehistoria, Carthago es una saga indispensable que ha concentrado a tres de los mejores autores del noveno arte europeo. El guión ha sido escrito, nada menos, que por Christophe Bec, un autor que muestra su gran sentido del ritmo narrativo, salvaguardando la intriga de una manera prodigiosa y proporcionando cautelosamente los momentos de máxima tensión. Curiosamente, Bec es más conocido en su faceta de ilustrador, con títulos tan imprescindibles como Santuario, con Xavier Dorison, o Cero Absoluto, junto a Richard Marazano. Pero aquí se muestra como un escritor sin concesiones en una aventura que sacude al lector con momentos de una crueldad sin parangón a la que preceden instantes totalmente apacibles. El dibujante Éric Henninot, por su parte, exhibe un trazo realista y minucioso, manejando de manera perfecta encuadres y cambios de escenario y logrando transmitir todo el vértigo de las profundidades oceánicas con escenas de una gran belleza artística.

Todo gracias a un colorido intenso y luminoso, en el que predominan los colores cálidos y que sirve de contrapunto para aumentar la sensación de inquietud en situaciones de lo más rutinarias. Desgraciadamente, la relación entre ambos artistas fue bastante conflictiva durante el proceso de esta obra. Por este motivo, el dibujante yugoslavo Milan Jovanovic toma el relevo en este tercer volumen que acaba de publicarse, y cumple sin estridencias gracias a la claridad de sus composiciones y su estilo completamente sobrio y académico.

La historia comienza en 1993, cuando un grupo de operarios de una plataforma de perforación de la multinacional Carthago descubren por accidente una inmensa cueva submarina aislada durante siglos. De ahí surge el Megalodón, un antepasado de los tiburones blancos pero mucho más grande y terrorífico. La multinacional intenta ocultar el incidente para no poner en peligro sus inversiones, pero un equipo de oceanógrafos encabezados por la doctora Melville descubrirán la existencia de la bestia. Sólo la intervención de un extraño conde, que vive en un castillo del siglo XIII en los Cárpatos, servirá para hacer frente a los intereses de la poderosa empresa.