"Andalucía debería ser el Hollywood de Europa porque tiene recursos suficientes para ello", defendía Salva Reina poco después de comenzar su intervención en las primeras jornadas sobre cultura malagueña que, organizadas por La Opinión de Málaga, han tenido lugar esta mañana para dar cabida a artistas malagueños que triunfan en la pequeña pantalla y que son el escaparate perfecto del arte que predomina en su tierra.

No hicieron falta grandes presentaciones. Un breve saludo fue suficiente para que el público supiese que son del sur. Bajo el lema «Malagueños con arte», Noemí Ruiz, Virginia de Morata, Salva Reina y Tomás García dieron cuenta de su amor por la cultura, a la que se han acogido como forma de vida.

Durante más de dos horas, estos cuatro malagueños charlaron animadamente sobre sus vivencias personales, las situación de la cultura en la ciudad y la provincia o la otra cara de su profesión, la negativa. «Hace unos años decidí tirar la toalla por lo duro que es el camino hasta conseguir un papel», reconocía Noemí Ruiz que actualmente encarna a Trini, uno de los rostros más populares de la serie televisiva Allí Abajo.

«Unir a los actores para alguna causa concreta es complicado, en este gremio cada uno va a lo suyo, somos un poco solitarios», añadía la actriz. Pero no fue la única que lamentó los obstáculos a los que tiene que enfrentarse todo artista. Virginia de Morata apuntaba que «nos cuidamos poco entre nosotros mismos, entre los propios compañeros». Y el monologuista Tomás García señalaba que al principio le costaba mucho afrontar las críticas, sobre todo cuando su única intención es hacer reír a la gente. Además del tema económico, «a veces he realizado trabajos sin cobrar nada y otras he tenido que sacrificarme mucho para poder comprarme un vestido con el que asistir a alguna presentación», se quejaba De Morata. «Me pregunto cada día cual será el nuevo sacrificio», decía la malagueña. Y es que no son pocos los escollos que tienen que superar los que, como ellos, quieren vivir por y para la cultura. «Me da pena que algunos compañeros se hayan tenido que marchar de Málaga para triunfar en este mundo», comentaba García que, por el momento, no ha renunciado a vivir en su querida ciudad. No es el caso de Ruiz, que tuvo que trasladarse a la capital para conseguir más oportunidades. «Hay ciertos actores que hasta que no han sido reconocidos fuera de la provincia nadie se ha percatado de su procedencia, a mí me sucedió con Dani Rovira», confesaba De Morata.

El papel que juega actualmente la cultura en Málaga fue, precisamente, uno de los temas más debatidos por los invitados. «Ha habido un cambio muy significativo a nivel local, se vio en el festival de cine con 321 días en Michigan, por ejemplo», sostenía De Morata. Pero todos coincidían en la falta de industria y de inversores: «No tenemos tradición y eso se nota». La escasez de apoyos «a las bases», a los que están intentando iniciarse ante las cámaras, y a determinados aspectos que ahora son tratados como secundarios salieron a la luz inmediatamente. Ruiz se refería con ello al «abandono experimentado por el teatro» en su ciudad, pues como fundadora de la compañía Caramela, le entristece especialmente el hecho. Mientras que su compañero de hospital, en la ficción, aludía directamente a la necesidad de «fomentar la cultura desde la infancia, con políticas desde las entidades públicas». Además, entiende que «se ha invertido mucho dinero en proyectos culturales grandes, como los nuevos museos, pero no en otros menores». Y sabe muy bien de lo que habla, porque en los peores años de la crisis abrió La Cochera Cabaret, un espacio ya señero de Málaga. En ese sentido, se manifestaba también De Morata quien reclamaba cultura para los turistas, pero sin olvidar a los propios malagueños. Al igual que García, que compartía idea con un espontáneo, la tendencia de realizar proyectos destinados exclusivamente a atraer un mayor número de visitas.

A pesar de ello, todo el encuentro estuvo marcado por el humor que los cuatro derrochaban. Terminar cantando el himno del Málaga o bromear sobre sus recuerdos más íntimos despertaban, una y otra vez, las risas de un público muy participativo, contagiado por el entusiasmo y salero de sus vecinos. La gratuidad de algunas manifestaciones culturales, como puede ser la entrada a algunos centros, o la falta de incentivos a la salas que luchan por ofrecer una oferta variada ocuparon también parte importante del turno de preguntas en un improvisado ‘Club de la Comedia’.

La pasión por la interpretación avala la trayectoria de estos talentos locales, pero su desconocimiento ante futuros proyectos les supone, a menudo, más de un quebradero de cabeza. «Sabemos que hoy estamos protagonizando una producción muy exitosa, del mismo modo que no tenemos la seguridad de si mañana tendremos o no algún papel relevante», comentaban. La inestabilidad del gremio y «la falta de autoestima» entre los más noveles dibujan un mundo de luces y sombras que raramente se ve reflejado cuando se apagan los focos y se bajan de los escenarios.

El encuentro, que debido a su éxito contará con próximas ediciones, estuvo patrocinado por el Hotel AC Málaga Palacio, el Concesionario Oficial Kia, el Instituto de Estudios Cajasol, Larios Centro y Cabify. Además, estaba prevista también la intervención de Maggie Civantos, protagonista de la serie carcelaria Vis a Vis, que a través de una videoconferencia abrió las jornadas dado que se encontraba fuera por tener que atender asuntos laborales.