­The Only Way Is Essex, el reality de la televisión británica, una versión propia de programas tipo Jersey Shore, de ésos repletos de señoritos hipermusculados y señoras de piernas interminables que no piensan más que en desbarrar, es uno de los clásicos de la parrilla british. Y el especial que graban en Marbella en verano, otro tanto. Pero parece que esta temporada no veremos a los towies por la Costa del Sol: la reciente agresión a uno de los componentes del elenco, Jake Hall, en nuestra tierra está haciendo que sus compañeros deshagan las maletas.

Recordemos el suceso: Hall se encontraba el pasado lunes en la discoteca Aqwa Mist Nightclub de Puerto Banús, en Marbella, cuando se vio envuelto en una pelea. En el transcurso de la citada reyerta el joven fue apuñalado y tuvo que ser trasladado al hospital, aunque se encuentra fuera de peligro.

Pero la productora del reality, ITV, y sus participantes han tomado buena nota. Tenían previsto desplazarse a la Costa del Sol en septiembre para grabar el especial de este año pero, según han publicado medios británicos como OK, los planes están cambiando. «Los productores están buscando un nuevo destino», aseguran las fuentes consultadas por el citado periódico, que argumentan: «Hay una gran preocupación por la seguridad en el rodaje ahora mismo».

Una de las protagonistas de TOWIE, Danielle Armstrong, lo tiene claro: «Se acabó Marbs [así llaman a Marbella muchos británicos: de hecho, los episodios costasoleños se titulan The Only Way Is Marbs]. En realidad, TOWIE ha arruinado Marbs. Es como la peor versión de nosotros mismos». Y su novio, James Lockie, se apunta al argumento, y propone grabar este año en Benidorm.

La cosa no es ninguna tontería: según lowcostholidays.com, durante la emisión de uno de los episodios costasoleños de TOWIE las búsquedas de viajes a Marbella subieron casi un 2 por ciento y que las reservas hoteleras se incrementado cerca de un 166%. Tal es el éxito del programa -se venden hasta discos con la música que suena en ellos, las prendas que llevan sus estrellas se agotan en las tiendas, las portadas de los tabloides se llenan de sus aventuras- que la competencia pensó en un formato similar. Channel 5 le encargó a Brian Belo, un exganador de Gran Hermano, Marbella Beach en 2012, pero la cosa quedó en agua de borrajas.

Y es que la receta del formato es de lo más atractiva para ciertos consumidores catódicos: cuerpazos al sol, historias de amor y desamor culebrónicas, fiestas sin parar, champán derramado por la playa, atuendos imposibles y mucho bling bling en unos escenarios de lujo.

Numerosos paparazzi siguen a sus protagonistas por los locales de moda y los resorts marbellíes como si fueran auténticas celebrities -lo son en su país, como Snooki, de Jersey Shore, lo es en EEUU-. Una publicidad impagable, como dice el editor de la revista costera Hot, Giles Brown: «Ámalo u ódialo, pero The Only Way Is Marbs está aumentando notablemente la organización de despedidas de soltera en Marbella». Y es que para los ejecutivos de televisión británicos, la Costa del Sol es una especie de Shangri La kitsch, infinitamente hortera, alérgico al aburrimiento e inagotablemente exótico; una cantera de rostros y cuerpos diseñados para la extravagancia y contra la mundanidad.