Kindle Direct Publishing y otras plataformas de autopublicación, como Tagus, han supuesto una dura competencia para las editoriales tradicionales. «Hay muchísimos libros. Las mesas de novedades de las librerías cambian casi todas las semanas por lo que es duro darse a conocer, y más en formato papel», comenta Castillo. Las editoriales no pueden leerse más de 300 libros diarios, por lo que acceden a las plataformas online, ven los libros más vendidos o los más comentados y contactan con los autores para comprar los derechos. «Las editoriales intentan buscar algo que llame la atención y que se venda fácil», asegura.