Hace un tiempo, los cineastas madrileños César y José Esteban Alenda le presentaron un proyecto al productor malagueño José Antonio Hergueta, al frente de Producciones Trasatlánticas: un largometraje con ambición internacional sobre un subgénero poco producido en nuestro país, el de los viajes en el tiempo. La propuesta, al final y gracias, entre otros asuntos, a la crisis económica, se tradujo en un mediometraje, Not the end, apoyado por los festivales de Gijón y de Málaga. Fast forward: ahora, Hergueta y los Alenda se preparan para hacer realidad la aventura inicial, que esta historia sobre el empeño de un joven de volver atrás en el tiempo para disfrutar de nuevo del día en que conoció a su amor, Nina, sea un largometraje hecho y derecho. Sin fin, el título, español, bajo el que se ubicará ahora el relato, empezará a rodarse en primavera con un presupuesto de 770.000 euros y con Javier Rey y María León repitiendo como David y Nina.

Hergueta acaba de llegar de Francia, donde participó en el foro de proyectos englobados en el concepto Small is biutiful -obras de cine de autor en busca de socios coproductores franceses- para desarrollarlos de manera conjunta. Un encuentro de lo más estimulante: aquí estuvieron en el año 2012 Oliver Laxe, con Mimosas, y Carlos Vermut, con Magical Girl; el primero acabó llevándose este con este filme el premio de la Semana de la Crítica de Cannes y el segundo, la Concha de Oro de hace un par de años. Sin fin ha sido uno de los siete largometrajes seleccionados por la film commission de Ile-de-France y la asociación Espagnolas en París, en colaboración con el Marché du Film de Festival de Cannes; también fueron elegidas las nuevas obras de Juanma Bajo Ulloa y Manuel Martín Cuenca, entre otros. O sea, que la cosa iba en serio. «En las 33 reuniones que hemos tenido hemos encontrado 4 ó 5 inputs muy interesantes que podrían hacer aportaciones en la producción y la distribución de la película», asegura Hergueta. La prueba de que hay interés internacional: están traduciendo al inglés el guión de la cinta.

«Todo el mundo está buscando ese tipo de historias que tocan el corazón», asegura el también cineasta y documentalista, para quien Sin fin está muy cercana al espíritu de filmes como ¡Olvídate de mí!: ciencia ficción para contar peripecias humanas. «En Sin fin la ciencia ficción será más bien un mcguffin; esto será un melodrama puro y duro, lo cual, en estos tiempos, es un riesgo», asume José Antonio Hergueta. Eso sí, él tiene muy claro cual es su objetivo en esto del cine: «Quiero producir películas que, además de ser brillantes, encuentren sitio en el panorama. Como Sin fin».

¿Por qué unos cineastas madrileños como Cesar y José Esteban Alenda, con un Goya por su corto El orden de las cosas, se dirigen a un productor malagueño, o sea, de provincias, para su primer largometraje? «Hace años trabajé con Jose, en el documental Operación Úrsula, y colaboramos muy bien. Los Alenda pertenecen a una generación de nuevos directores que se han visto algo atascados por la crisis y que están buscando productores independientes que les ayuden a encontrar su espacio; no sólo buscan financiación sino también el hueco y espacio de la distribución inteligente», asegura Hergueta.

El plan era que Sin fin empezara a rodarse ahora, en verano, o, como muy tarde, en otoño. «La lentitud con la que la Junta de Andalucía y el Ministerio de Cultura están resolviendo todo [recordemos que llevamos seis meses de Gobierno en funciones] hace que estemos esperando todavía», asegura el productor, quien apunta que los compromisos televisivos de María León también han obligado a reagendar la producción de Sin fin. Pero parece que por fin ha llegado el verdadero momento para esta historia en la que hay tanta confianza e ilusión depositadas.