El blues también gusta en el Portón del Jazz. Y de qué manera. Sobre todo si viene de las manos y la garganta de Lucky Peterson, uno de los clásicos vivos del género, que llenó ayer -más de mil personas- el auditoria de Alhaurín de la Torre en la segunda cita de la nueva edición del cada vez más prestigioso festival musical.

A los 6 años -ahora tiene 51-, Peterson ya tuvo un hit en su país -la canción '1-2-3-4'-. Desde entonces no ha parado de tocar músicas de raíz -en su repertorio cabe de todo: desde funk, jazz, rhythm n'blues pero, sobre todo, blues-. Ahora está de gira con su más reciente disco, 'Long nights', un trabajo en el que el multiinstrumentista -el órgano y la guitarra no tienen secretos para él- nos muestra su faceta más nocturna y sosegada. Fue uno de los registros del show del Portón, porque en la función también ofreció momentos arrolladores, de imparable energía y movimiento. Casi tanto como la expresividad del propio Peterson, un hombre que no paró en ningún momento de sonreír, hacer muecas y sonreír al respetable.

El Portón del Jazz recibirá el día 22 de julio a Incognito, el proyecto de Jean-Paul Maunick, uno de los fundadores del movimiento acid jazz británico. Si no tiene usted entradas, lo sentimos: los tickets están agotados.