La bailaora y coreógrafa malagueña Rocío Molina se enfrenta hoy en el Teatro Central de Sevilla a una improvisación de cuatro horas de duración que será retransmitida por vídeo streaming desde la web de la Bienal de Flamenco, en uno de los espectáculos más arriesgados del festival.

Se trata de una de las «experiencias únicas de la Bienal», según asegura su director, Cristóbal Ortega, que destacó que se trata de una artista que «sorprende con cada espectáculo». El montaje supone la culminación de años de investigación Molina en torno a la improvisación en la danza flamenca aglutinada en la serie denominada Impulso, que ha mostrado en numerosos lugares como el Teatro Chaillot de París, el Centre Pompidou malagueño, una discoteca de Nueva York o una cárcel. «A lo largo de estos años Rocío ha ido improvisando en muchos lugares y ahora se impone un nuevo reto de resistencia actuando durante cuatro horas seguidas», dijo el director artístico del espectáculo, Carlos Marquerie.

La disposición del público en el teatro hará que puedan verse los 360 grados de la danza de Rocío, según Marquerie. El espectáculo propone la participación del público, quien podrá pinchar su propia música conectando sus dispositivos móviles al sistema de sonido del teatro, iluminar la escena con linternas láser o prestar prendas con las que Rocío Molina pueda jugar. Además, al finalizar la función, los asistentes propondrán un título para la obra mediante pegatinas colocadas en una pared habilitada para ello. La compañía decidirá el concepto más representativo entre todas las propuestas presentadas y será ese el que quede como título oficial. Durante las cuatro horas de improvisación intervendrán sin previo aviso numerosos artistas invitados.