Algo falla cuando la película ganadora del Festival de Málaga.Cine En Español no logra estrenarse en los circuitos comerciales. No, Callback aún no ha llegado a los cines. El triunfo sin paliativos de Carles Torras sorprendió a todos, ojo: Mejor Película, Mejor Guión y Mejor Actor; tres de los premios gordos, habida cuenta de que los jurados del certamen suelen premiar productos más, digamos, asimilables. Aquella lluvia de biznagas fue en abril; hoy, en octubre, el filme ha tenido algunos pases en el reciente Festival de San Sebastián, pronto viajará a Londres, y sanseacabó. Y no es que lo de Torras sea un Philippe Grandrieux, pero, lamentablemente, propuestas así todavía suponen una rara avis en la parcela del celuloide nacional al que se dedica el Festival: la historia de un patético psicópata y sus tropelías, de violencia que crepita tranquilamente hasta el estallido final, con bastante humor negro y rodada en Nueva York, en inglés. Pero, créanme, Callback es una curiosa película que merece ser vista. ¿Y por qué no más allá del circuito festivalero?

Torras habló al respecto hace unos meses con El PeriódicoEl Periódico: «La mayoría de películas van a Málaga con la distribución pactada. Los distribuidores ya habían apostado por algunos títulos y supongo que se llevaron una decepción al ver que el que ganaba era yo. Lo cierto es que Callback no les interesaba. Quizá priman los criterios de comercialidad antes que los de calidad». ¿Y con las tres Biznagas en la mano? Muchas distribuidoras ni le recibieron, relata; las que sí hablaron con él... «Lo que me proponían es algo habitual en el cine indie español. Y es que tú corras con los gastos de publicidad y copias. Es decir, tú asumes todo el riesgo. Y ellos, nada», declaró el cineasta al citado rotativo.

Algo falla, insisto, cuando el único festival de cine dedicado (casi) exclusivamente al audiovisual español no pesa lo suficiente como para darle un empujón definitivo a un producto difícil según ciertos criterios, sí, pero que tiene su público muy definido. Pero, sobre todo, algo falla en la industria. Porque, ¿de qué sirve entonces el Festival de Málaga.Cine En Español si cuando premia cierto atrevimiento, la distribución no recoge el guante? Perfecto -bueno, no tanto, pero ése es otro debate- que seamos el brazo promocional de películas bien asentadas en la clase media del cine español como Toro o Cómo sobrevivir a una despedida, pero resulta descorazonador atreverse a biznaguear algo que realmente necesita el apoyo de los logotipos de los premios en los carteles para que la miopía habitual de cierto sector de eso que se da en llamar nuestro cine termine imposibilitando siquiera su estreno, su visibilidad, lo mínimo que exige el cine.