­No está con muchos ánimos porque hace solo una semana que murió su madre y se enteró en un escenario, como cuando hace un año falleció su mujer, Amparo, pero a Diego el Cigala es difícil tumbarle. El título de su último disco, Indestructible, le viene, dice, «que ni pintao».

«¡Cigalalízate!» es su nuevo grito de guerra, como el anterior, cuando «la montó» en El hormiguero a grito de «¡atrás!»; «esa es mi bandera ahora», asegura. Sigue y «seguirá» viviendo en República Dominicana, con sus dos hijos, su razón de existir, y trabajando sin descanso pero reconoce que «tantos palos en tan poco tiempo» le tienen «distinto».

Lleva el pelo y la barba más largos que nunca y ha incorporado al mucho oro que lleva -«a los gitanos nos gusta mucho el colorao»- una pulsera de los chamanes mexicanos, «a ver si, de una vez, le protegen».Prepara este disco desde hace tres años y, por tanto, en la elección del repertorio participó su añoradísima Amparo -fallecida de cáncer el 19 de agosto de 2015-, y al decirlo se le quiebra la voz, que hoy está empeñada en no salir clara porque «son muchas cosas encima», justifica.

Una vez que Diego Ramón Jiménez Salazar (Madrid, 1968) decidió desembarcar con su flamenco en otros géneros, empezó por el latin jazz, siguió por el bolero y el tango y ahora se hace fuerte con un disco que es «un cañón» de salsa, recuperando «patrimonio de la humanidad», como algunos de los 70 músicos de 5 países que le acompañan en Indestructible, que sale el viernes a la venta y que presentará en el Palacio de Ferias y Congresos de Málaga el próximo 8 de diciembre.

«El año pasado empezamos con las grabaciones y ha sido un trabajo muy complicado, una auténtica locura poner de acuerdo a tantos músicos, buscar el meollo de lo que es la salsa en Cali, San Juan, Punta Cana, Nueva York y Miami, donde lo fui grabando», describe.

Ha recuperado canciones de autores como Ray Barreto, Tito Curet, Cheo Feliciano, René Touzet y de intérpretes como Héctor Lavoe, La Sonora Ponceña o La Fania All Stars, una «joya»como Oscar d´ León, con quien canta El Paso de Encarnación, o Los Muñequitos de Matanza.

Y lo remata en Jerez de la Frontera, dice, porque había «temitas» como El Paso de Encarnación y Juanito Alimaña que pedían «esas palmitas, el cajón y la guitarra» de su compadre Diego el Morao. «Es el sello Cigala. Es un repertorio tan denso y clásico como son los temas que hemos elegido pero dándoles color, cigalalizándolos», bromea.

Ha querido hacer también el clásico de Rocío Jurado Se nos rompió el amor porque le encanta desde niño e intuía que «metida por salsa» iba a ser un «temazo», tanto que pronostica que esa será la canción que «más pegue» en España.

También está muy seguro de la que da nombre al disco, Indestructible, el tema que popularizó el percusionista y compositor Ray Barreto. «Va a ser el tema que más se oiga en Latinoamérica. La salsa, como género, es indestructible y yo me siento muy identificado con todo lo que dice la letra, no me podía venir mejor cuadrada».