Más de 425 desnudos que forman un monumental mosaico que invita a sumergirse al visitante se muestran en la exposición Yearbook, del fotógrafo estadounidense Ryan McGinley, que se inaugura hoy en el centro de cultura contemporánea La Térmica.

La muestra es sólo una pequeña selección de las más de 16.000 imágenes que McGinley, considerado actualmente uno de los más destacados fotógrafos de su país, ha reunido desde 2008 en la serie que da título a la exposición, que todavía sigue engrosando.

«McGinley comparte la filosofía que esta generación tiene impregnada en su ADN, la del hazlo tú mismo», afirmó ayer en la presentación Mario Martín Pareja, comisario de la exposición junto a Alex Brahim. Y es que el norteamericano se autopublicó su primer libro de fotografías, The Kids Are Alright, con imágenes de las bacanales de sus amigos artistas, grafiteros, skaters y músicos de Nueva York, y lo regaló a las figuras del ámbito artístico a quien tenía en alta estima.

Recordó que McGinley fue el fotógrafo más joven en instalar una exposición individual en el Whitney Museum de Nueva York, un año después de que decidiera hacer su propio libro de fotografía y «regalarlo a la gente que respetaba en el mundo del arte». El denominador común de todos estos retratos es que los protagonistas son hombres y mujeres jóvenes que están desnudos «y que saben que esas imágenes van a ser públicas», según el comisario, que cree que McGinley es «de los que mejor retratan la juventud, la libertad y la frescura».

El resultado es «una oda al retrato contemporáneo» y la instalación en este mosaico que copa las paredes de la sala invita a «sumergirse en las imágenes». «Es una instalación muy pop, con ese fondo monocromo que apabulla por la multitud, pero el posible agobio inicial se atenúa cuando te concentras en un solo retrato y consigues aislarte de todos los demás», señaló Martín Pareja.

El proyecto Yearbook se inició en 2007, tres años antes de la aparición de la red social Instagram. Clasifica, categoriza, desconcierta y celebra lo carnal desde una óptica eufórica y optimista para «hacernos sentir un eterno momento de felicidad mientras nos maravillamos por esos ilimitados cuerpos», según el comisario de la muestra.