En el marco de un reciente seminario sobre estrategias de inclusión social en los museos, Roger Carl Schank , reputado experto norteamericano en inteligencia artificial y reformador educacional, nos contaba hace unos días que lo que más esperan de un museo los niños es que les cuente una buena historia.

Ofrecer relatos que apasionen y que despierten nuestras ganas de saber es lo que hace que los museos dejen de ser lugares aburridos y se conviertan en espacios comunitarios con sentido.

El Museo de Málaga abre sus puertas hoy en el Palacio de la Aduana trayendo en las alforjas de su patrimonio, variados y sugerentes relatos sobre los orígenes, evoluciones y aspiraciones estéticas de Málaga, una solera entidad ciudadana entendida aquí como un antiguo y denso territorio antropológico.

De este modo su propuesta demostrará que contribuye a cambiar aquella idea por la que tradicionalmente se ha considerado a los museos como una de las instituciones que más se resisten a la democratización. Nuestras felicitaciones.

*José Lebrero es el director artístico del Museo Picasso Málaga