Con poco más de 500 días de vida, en los que ha recibido la visita de unas 320.000 personas, la sede malagueña del Centre Pompidou continúa en su firme compromiso de ofrecer una experiencia sin igual en torno al arte contemporáneo. Los resultados de su proyecto, en el que la activa participación de la ciudadanía y el tejido creativo local ha sido fundamental, dan para el optimismo. Así lo declaró el presidente del Centre Pompidou París, Serge Lasvisgnes, que acudió ayer a la presentación de la nueva oferta expositiva del Cubo durante el año 2017. «Esta apuesta del Pompidou Málaga está teniendo éxito, por lo que me siento muy satisfecho de cómo se están desarrollando las cosas», aseguró.

La nueva temporada del Centre Pompidou estará marcada por las exposiciones de dos artistas reconocidos mundialmente: el diseñador Philippe Starck y el creador de la colorida intervención en las paredes de cristal del Cubo, Daniel Buren, que volverá transformar la parte más visible del Pompidou. Un trabajo que, en palabras de Lasvisgnes, «permitirá dar una nueva visión de la relación que hay entre el museo y la ciudad». Además, el máximo responsable de la filial parisina confesó que aunque no sabe cómo será la obra de Buren, ésta se incluirá dentro del programa especial con el que se celebrará el 40 aniversario de la institución francesa.

Asimismo, a partir del mes de marzo el Pompidou volverá a acoger el festival Hors Pistes que este año presentará una temática compartida por el centro malagueño y francés; Travesías marítimas. Una exposición dedicada a la imagen en movimiento y donde se abordarán temas como la inmigración, las cables submarinos, la piratería o las políticas marítimas de distintos países.

«Las utopías modernas». No será, sin embargo, hasta el 15 de diciembre del próximo año cuando se renueve la colección permanente del centro, montaje dirigido por Brigitte Léal que permanecerá durante más de dos años. Las utopías modernas es el título de esta apuesta por el optimismo que repasará las obras de artistas del siglo XX y XXI, esta vez, no desde la perspectiva histórica sino a través de un recorrido por los sueños y la lucha por la fraternidad de artistas como Picasso, Joan Miró, Antonio Saura, Peter Doig, Marc Chagall, Kandinsky o Frida Khalo. «Es un mensaje optimista. Las personas tienen la necesidad de soñar y, en este sentido, el arte es esencial para guiarnos», aseveró Léal.

Preguntado por sus impresiones sobre la actividad durante estos dos años de existencia del Pompidou de Málaga, Lasvisgnes dijo estar «satisfecho» de las visitas y de su «equilibrio», explicando que hay 45% de turistas y 55% de españoles. «Ese es el modelo que intentamos promover, un modelo en el que a la vez hay una integración local y un gran atractivo a nivel local». Sobre la posibilidad de ampliar el compromiso de cinco años con Málaga, Lasvisgnes no quiso adelantar acontecimientos. «Me ciño a las reglas del juego, trabajar juntos durante cinco años, a menos que no nos aguantemos ya más. Y a partir de entonces la ciudad de Málaga tiene total libertad para elegir su evolución. El futuro lo dirá».