Lejos de la imagen elitista o aislada del mundo que las pinacotecas suelen ofrecer, para José Lebrero, director artístico del Museo Picasso de Málaga (MPM), estas deben tener vocación de "servicio público" y estar orientadas "a la comunidad".

Durante una entrevista concedida a Efe en el marco de la exposición "Joaquín Torres-García: un moderno en la Arcadia", que permanecerá en la ciudad andaluza hasta febrero de 2017, Lebrero defiende que los museos "no están para venderte algo" sino para "ofrecerte el mundo del artista".

"Estos sitios tienen que ser un servicio público, hechos, pensados y sentidos -hasta donde se puede porque uno no puede hacer lo que quiere- para la comunidad. Mientras sean lo que tienen que ser no están para venderte algo. No te vendemos a Torres-García, sino que te ofrecemos su mundo", explica.

El que fuera responsable del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA) y del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC), en Sevilla, se encuentra en la línea de quienes opinan que "el gran protagonista del siglo XXI es el público" y que, por ese motivo, las decisiones museísticas deben girar en torno a él.

Por eso, y con motivo de la muestra sobre el artista uruguayo de raíces catalanas (1874-1949), el museo malacitano ha diseñado un programa de libre acceso de conferencias de expertos en su figura y talleres de juguetes educativos, similares a los que Torres-García creó en Barcelona y desarrolló en Italia y Nueva York hasta que un incendio en la fábrica acabó con su sueño a finales de los años 20.

"Con algo elemental, si se le da a una persona y se le deja que haga algo salen cosas distintas. Y eso es fantástico. Cada uno tenemos la imaginación y hay que hacer lo posible para que no la perdamos", dice sobre la creación de juguetes por parte de grupos malagueños en riesgo de exclusión social a partir de piezas de madera diseñadas por el Departamento de Educación del MPM.

Esos "nuevos" 300 juguetes se exponen hoy, sábado, junto a otros ideados por siete artistas locales y comparten las paredes del museo con los de Torres-García.

De sus años al frente del MPM desde que asumiera el cargo en octubre de 2009, Lebrero (Barcelona, 1954) destaca "el privilegio de pasar tantas horas" en un lugar así como "forma de saber y de aprender".

"El arte te ayuda a aprender de las personas. La obra de arte es un mediador, y estar cerca de todo esto te ayuda a comprender que lo que hacen los creadores son herramientas y medios de transmisión de saber, de conocimiento", declara.

La reciente apertura del Museo de Málaga ha aumentado la oferta expositiva en una ciudad que ya contaba con el Museo Carmen Thyssen, el Ruso de San Petersburgo o el Centro Pompidou, entre otros, algo que, en opinión de Lebrero, "es interesante".

"No deja de ser algo casi exótico" que una ciudad "que no sea Madrid ni Barcelona" sea asociada a los museos "y no a los cruceros o a las fiestas populares", indica el director artístico del MPM, quien apuesta por "la especialización" como modo de ganar la "lógica competencia" abierta con esta proliferación de centros.

"Nuestro museo lleva años trabajando en una dirección y en esa queremos seguir", que es la de "contextualizar la obra de (Pablo) Picasso (1881-1973) con la de otros artistas", como Torres-García, con quien el pintor malagueño coincidió en varios momentos de su vida entre Barcelona y París, señala Lebrero, quien presume del medio millón de visitantes recibidos por su pinacoteca en 2016.