¿Qué tipo de mujer era Juana?

Fue una mujer maltratada desde que nació. Era la más hermosa de las hijas de los Reyes Católicos y mira que las otras también eran guapas, refinadas y cultas. Juana era una superdotada, guapa, inteligente, hablaba idiomas y tocaba instrumentos pero era conflictiva porque desde pequeña hacía preguntas y era incómoda para todos: para los sacerdotes que la cuidaban y para los padres que vivían un momento tremendo en España (acababan de tomar Granada, ella nace en Toledo en el momento que se expulsa a los judíos del país, Isabel la Católica comienza con la Inquisición a quemar a los mal llamados herejes, etc.). Entonces, sus padres, sus hijos y su esposo deciden llamarla loca para quitarle la corona. Ella no eligió a Felipe el Hermoso, sino que sus padres la vendieron y, bueno, luego se encontró con que era un chico muy atractivo, estupendo. Sintió una pasión tremenda por él pero luego no fue feliz. Ella con 16 años y él con 18 vivieron una noche de amor a escondidas, la primera de Juana, a las cuatro de la mañana sin que ella pensara que eso iba a pasar y ese es uno de los momentos más bonitos de la obra: cuando Juana con 76 años lo recuerda y se lo cuenta a su confesor, Francisco de Borja (bisnieto del Rey Católico). De Borja es al único que permitió Juana en el último momento de su vida entrar en la celda donde lleva recluida 46 años. Esta mujer con la edad que tiene, al tener la obligación de confesarse porque sabe que se muere (y su nieto Felipe II llevaba tiempo diciéndole que tiene que hacerlo porque es una bruja luterana) decide contarle a De Borja su vida. Aunque está enferma, le cuenta los momentos tremendos y también los felices, como su boda. El maltrato de la madre es uno de los momentos en los que yo, Concha, sufro más porque la madre la encierra y ella dice llorando «Ya nunca más volví a ver a mi madre». O cuando cuenta que al dar a luz le quitaron a sus hijos y cuando los vuelve a ver son mayores y no la reconocen. Es un texto maravilloso y un espectáculo bellísimo.

La vida y la historia han sido injustos con Juana y ha llegado a nuestros días como La Loca. ¿Hay algo de machismo en esto?

No, porque la primera que empezó a llamarla loca fue su madre. Lo que pasa es que la historia la escriben los protagonistas y en este caso fueron los Reyes Católicos, sobre todo Fernando, mal llamado El Católico. Se la querían quitar de encima porque estaba en contra de todo lo que estaban haciendo sus padres en España y en el mundo. Si en algo se parece lo que ocurrió entonces al momento actual, que yo nunca quiero hablar de eso, es que todos fueron reyes, príncipes y emperadores en funciones porque ella jamás firmó un documento: murió siendo la Reina Juana I de Castilla.

Al igual que Josep María Pou con Sócrates, comparte la edad con Juana, 76 años, ¿influye?

No, es una coincidencia. Si yo hubiera tenido 80 años y la lucidez, salud, memoria y entusiasmo que tengo ahora lo hubiera hecho igual. Ella estaba lúcida, inteligente, lo que pasa es que estaba encerrada y tenía gangrena. En ese momento ella no tenía bien sus facultades mentales, yo creo que tiene un momento de auténtica lucidez durante toda al confesión (que es la obra), que dura una noche: muere el día 12 de abril de 1555, Viernes Santo, el día de la muerte de Jesús, al cual ella negó hasta su ultima exhalación. A mí no me ha pasado nada de lo que le ha pasado a Juana, tengo la suerte de tener 77 años estupendos.

¿Sale el espectador con la historia española reforzada?

El espectador sale emocionado porque conoce algo que no sabe. Todos llevamos en nuestros ADN a Juana La Loca de la que hemos visto interpretaciones maravillosas. La primera, y que a mí me gusta una barbaridad, es Aurora Bautista en Locura de amor, también están Pilar López de Ayala en Juana La Loca, Irene Escolar en La Corona Partida... Pero es que lo que nosotros contamos es a partir de ahí, justo lo que no sabe la gente. Vio cómo la maltrataban, desheredaban y encerraban, eso es lo que no se conoce.

¿Hay muchas Juanas hoy?

No lo sé, ojalá que no porque fue una mujer maltratada en todos los aspectos. Felipe el Hermoso le daba cada paliza a esta pobre mujer para quitársela de encima y poder estar él con las 17 mujeres que tenía constantemente en su habitación.

La obra, estrenada en abril, está siendo muy arropada por el público, ¿recibe con gusto este cariño?

Uy, ya lo creo que sí porque cuando me ofrecieron este proyecto yo pedí que me liberaran de mi contrato con otra empresa... ¡como un jugador de fútbol! Porque yo quería hacer este texto de Ernesto Caballero, que me ofreció Juan José Seoane, que me dirigiera Gerardo Vera, que no me había dirigido nunca, y tuve que pedir permiso a Cimarro y a Focus, empresa con la que llevaba muchos años contratada que me había dado espectáculos como La vida por delante o Yo lo que quiero es bailar. Tuve que pedir un traspaso para hacer este texto, así que ¡fíjate si estoy enamorada de él!