Paren las rotativas. Los Planetas, el grupo de la escena indie estatal que más ríos de tinta ha hecho correr desde su irrupción en los noventa anuncia nuevo trabajo. Nadie como ellos ha sabido aunar el respeto crítico con el impacto popular, sin que su militancia en un sello multinacional erosionara su credibilidad o su consideración de estandartes de la independencia en nuestro país. Pero no editan un álbum desde hace siete años. Una ópera egipcia (2010), coda del revolucionario giro jondo que supuso La leyenda del espacio (2007), queda muy lejos, y los rumores en torno a la banda se habían disparado en los últimos tiempos. El anuncio de la publicación de Espíritu olímpico, un single que estará disponible el 27 de enero, despeja algunas dudas, pero no todas. Y da pie a no pocas conjeturas, ideales para que sus miles de fans entretengan la espera hasta marzo, cuando se editará el ansiado LP.

De entrada, el título indica que vienen dispuestos a competir, aunque se diría que nadie ha sido capaz de asaltar su trono en todos estos años. El espíritu olímpico está representado por los famosos cinco aros de otros tantos colores, pero Los Planetas los han reinterpretado en un diseño que incluye el símbolo de la anarquía: la A mayúscula dentro de un círculo. Ya se sabe que J, líder del grupo, cree firmemente que son una especie de comando anticapitalista infiltrado en el seno del mercado discográfico para subvertir sus reglas.

Convencido de que, en su origen, el indie es una escena crítica, en el libro Pequeño circo (2015) recordaba que el nacimiento de los sellos alternativos fue producto del convencimiento de que el capitalismo no sirve y hay que organizar otro sistema de distribución de los productos culturales. Ellos lo intentaron marchándose primero de RCA y después de Sony, pero su experiencia con El Segell del Primavera (compañía creada por el festival barcelonés que parecía ideal para ellos) se saldó con Dobles fatigas, un EP aparecido en 2015 que nunca tuvo continuidad. No trascendieron los motivos por los que los caminos del sello y la banda se separaron, pero el hecho es que Espíritu olímpico aparecerá bajo la etiqueta de El Ejército Rojo, sello del grupo, y El Volcán, su oficina de management. Del EP que se anunció cuando se confirmó su actuación en el Low Festival de 2016 nunca más se supo.

Y los líos discográficos no acaban aquí. En 2015, Sony publicaba por su cuenta la caja recopilatoria Singles 1993-2004. Todas las caras A. Todas las caras B sin el consentimiento de la banda, que se desvincularía públicamente del material mediante un comunicado oficial. Los Planetas, sin embargo, no estaban parados. Puede que no funcionaran como entidad grupal, pero todos ellos andaban involucrados en diferentes proyectos al margen. J, con el Grupo de Expertos Solynieve. Florent y Banin, con Los Pilotos, que durante el tiempo en que no ha habido disco de Los Planetas han editado un par de álbumes. Además, J, Florent y Eric se unieron a Antonio Arias (Lagartija Nick) para formar Los Evangelistas y acompañar a Soleá Morente, en un intento de activar la carrera de la joven cantante al abrigo del peso de su apellido. Como ha demostrado recientemente en los conciertos de homenaje al mítico Omega, sus carencias son evidentes, pero el compromiso de los músicos con la familia Morente les lleva a insistir en un proyecto muy cuestionable, que contribuye a fomentar la idea de que la banda se encuentra en estado de dispersión, menos pendiente de su carrera que de bagatelas como someterse a otros compromisos, como sus apariciones en eventos comerciales patrocinados por Alhambra, empresa con la que colabora Manu Ferrón (Grupo de Expertos Solynieve). Es la extraña manera que tiene J de entender el funcionamiento de un comando anticapitalista.

Y tampoco es la primera vez que se le puede achacar cierta confusión. En 2014 afirmaba que Eduardo Madina era «el único político de los partidos del sistema del 78 que parece que quiere cambiar algo y está llamado a desempeñar un papel fundamental en el cambio». Dos años después, se asociaba con Susana Díaz para derrocar a Pedro Sánchez.

En el tiempo transcurrido desde Una ópera egipcia, Los Planetas también han aprovechado para ampliar fronteras. Penetrar en el mercado latinoamericano es una carrera de fondo, y ellos pusieron las primeras piedras visitando México, Colombia, Chile, Perú o Argentina, países donde cuentan con una nutrida y fiel legión de seguidores que, en muchos casos, no habían tenido nunca la oportunidad de verlos. También dieron un concierto en Londres, de carácter mucho más anecdótico. Mientras, en España se hacían de rogar y se disparaban los rumores. Que si cobraban un caché desmesurado (la cifra que más se repetía era de sesenta mil euros), que si su desinterés por salir de gira estaba tensando las relaciones entre J y Eric. Que si no grababan disco nuevo porque, en realidad, estaban al borde de la separación... Todo lo que envuelve a Los Planetas trasciende al propio grupo y se convierte en asunto de estado para la comunidad musical española, hasta el punto de ser una de las pocas bandas (y la única con verdadera credibilidad) que se puede permitir cerrar una sola fecha en festivales en todo un año, garantizando al promotor una importante venta de tickets. Esta temporada, con disco a estrenar, debería ser diferente, pero de momento no se han anunciado fechas de gira, como tampoco el contenido de un álbum que es toda una incógnita. Dobles fatigas exploraba las dos facetas de la banda: El space pop teñido de noise que les catapultó al éxito en los noventa y el toque aflamencado que marcó un antes y un después en su trayectoria a partir de 2007. ¿Serán capaces de reinventarse de nuevo? Su posición de privilegio les permite tomar el rumbo que deseen, y sea el que sea está destinado a marcar el año en la escena musical española, necesitada de acontecimientos que le sacudan el aburrimiento de vez en cuando.