Tres décadas y media de música dan para mucho. Sobre todo si en esos años has podido vivir la época más vibrante de la cultura española y has formado parte de su explosión. Aunque la historia de Danza Invisible podía encontrarse de forma esquematizada en las páginas de Una historia del pop malagueño 1960-2009, libro en el que Javier Ojeda recorría la herencia musical de Málaga -dejando en manos del periodista Manolo Bellido el apartado dedicado a la trayectoria de su propia banda-, el grupo no contaba hasta la fecha con una biografía oficial. Danza Invisible. Compañeros en el camino (Editorial Circulo Rojo), escrita por el periodista -«y fan»- Salva R. Moya, viene a cubrir ese vacío con un relato repleto de anécdotas y datos curiosos sobre la formación de Torremolinos.

El trigésimo quinto aniversario del grupo ha servido de excusa perfecta para que su historia «de música y amistad» quede plasmada en este volumen de casi 400 páginas que presenta, además de un repaso por toda la vida de la banda, desde su germen a finales de los años setenta hasta la actualidad, un detallado análisis de su discografía y una más que llamativa galería de fotografías del archivo personal de sus componentes. «Creo que a los fans de Danza Invisible les va a encantar este libro, al que le he puesto mucho cariño», explicó ayer el autor en la presentación del volumen, donde estuvo acompañado por Ojeda, Chris Navas y Manolo Rubio.

«Danza Invisible ha llevado un estilo de vida a lo largo de estos 35 años en los que no han dejado de tocar», comentó Moya, que agradeció la disponibilidad y la colaboración de todos los miembros del grupo a la hora de facilitarle información y fotos. A los testimonios de Javier Ojeda, Manolo Rubio, Antonio Luis Gil y Chris Navas -también están recogidas las impresiones del exbatería Ricardo Teixidó, que perteneció al grupo durante sus primeros doce años de existencia-, se suman las palabras de los numerosos colaboradores con los que ha contado el grupo, desde Roberto Cantero a Nando, pasando por Coki, Miguel Paredes, Ángel Crespo, El Clande, Gino Pavone, Tony Romero, Rafa Insausti o el actual batería, Miguelo Batún, entre otros muchos. Las dedicatorias de compañeros de profesión, como Kiko Veneno, La Guardia, Amaral, Pablo Alborán, Diana Navarro, Nacha Pop, Los Rebeldes, 091, La Unión, La Frontera, Cómplices o Seguridad Social, completan este viaje por la vida y obras de los Danza Invisible.

Una vida en la que también hay gamberradas pirómanas en hoteles, sonadas borracheras y algunas decepciones que también recoge el anecdotario de este libro. Para Javier Ojeda, Danza Invisible «tiene como leyenda de ser un grupo de niños pijos que no corresponde en nada a la realidad», ya que asegura que tanto los camerinos como las furgonetas en las que viajan «son auténtico rock and roll».

Concierto aniversario

El cantante quiso destacar que el concierto especial de celebración de este trigésimo quinto aniversario, que se llevará a cabo el próximo 18 de marzo en el Auditorio de Torremolinos (21.00 horas) será grabado. «Nos hemos dado cuenta que muchas de las canciones que tocaremos no están en nuestros anteriores discos en directo. Algunas incluso no las hemos tocado nunca. Así que podría salir un disco curioso».

En el repertorio estarán sus temas más emblemáticos, pero también otros, como La mejor receta, nunca antes llevado al directo. Antes de que la banda aparezca en el escenario, la formación Músicos de Contrabando hará sonar una selección de temas de Danza, convirtiendo la cita en todo un homenaje al legado musical de uno de los pocos grupos de los ochenta que sigue en activo tal y como iniciaron su camino: siendo una banda con un directo envidiable. Será en este concierto donde Danza Invisible. Compañeros en el camino se ponga a la venta, completando así una fiesta de cumpleaños que se prevé inolvidable.