El Museum Jorge Rando presentó este lunes la exposición El nacimiento del color, compendio del ciclo temático más reciente de Jorge Rando (2016), cuya obra se enfrenta a un «insólito» discurso estético y conceptual como es mostrar el color, solo, como color.

La nueva exhibición temporal de la pinacoteca del Molinillo recorre con más de cien obras entre óleos de gran formato y acuarelas las cuatro salas del museo. Una muestra inédita de dos ciclos del maestro malagueño, La belleza llora con la tragedia y El nacimiento del color, que podrá visitarse hasta el próximo 30 de septiembre.

«La obra de Jorge Rando muestra la obsesión de un investigador insaciable del color como lenguaje. El pintor siempre se ha mostrado contrario a la semántica del color, a darle una simbología que nos permita entender los colores», expuso ayer Vanesa Díez, directora del museo.

Por su parte, el autor de las obras ha resumido el ciclo «como la liberación del color de todas las ataduras que tiene desde su creación. Nunca el color fue libre ni lo va a ser nunca, siempre pertenecerá a algo o a alguien, pero quiero que en estos lienzos nazca de su existencia para presentarse ante nosotros con la libertad de ser solo color». Ante el nacimiento del color el pintor se pregunta: « ¿Puede nacer algo que ya existe?». Y se responde: «En estas pinturas que ahora presento en el Museum me he adentrado en esa dimensión en la que intento separar el color de su existencia para hacerlo nacer únicamente como color. Es más que un discurso estético, es la constatación de la belleza del color, independientemente de su aportación a la belleza de todo lo que nos rodea. Pretendo que nazca en el lienzo algo que ya existe, deseo liberar al color de todas sus servidumbres y que nazca independiente, solo como color, sin formar parte de nada ni de nadie, que el color exista por sí mismo con toda su belleza, sin querer representar nada, solo presentarse ante nuestros ojos como color».

Big Bang

La Sala 1, Sala 2 y Sala 3 del Museum acogen unos lienzos en los que el color surge como un Big Bang en el lenguaje pictórico contemporáneo. El color explota y se emancipa para surgir con identidad propia en un discurso artístico que se simplifica en admirar al color.

La muestra concluye en la Sala 4 con el ciclo La belleza llora con la tragedia. En estos lienzos el pintor «quiere enfrentar al visitante a las desdichas que asolan el mundo: a la deshumanización, a la guerra, a la violencia y a la violación de los derechos humanos». «Su obra es una revitalización del expresionismo que desea, mediante la fuerza de la espiritualidad, hacer visible al mundo una nueva orientación. Lienzos de silenciosa sublimidad cuyo lenguaje de color y de luz quieren devolver al hombre y a la naturaleza los valores humanísticos que ha perdido», resume Díez.