"Fer mans i mànigues", expresión catalana que significa hacer lo imposible para conseguir algo, precisamente le viene al pelo al tipo, al gran tipo que confió en mi banda y mi proyecto, Genis Conesa, para cuadrarnos una mini gira por su tierra. El gran Genis regenta La Parockia, lugar culto y de culto musical en el pueblo de Balsareny, tierra de guerras carlistas y rodeada de montañas cerca de los Pirineos y más cerca aún de Manresa y Barcelona. Por su escenario han pasado Los Zigarros, Los Rebeldes, Guaraná, entre otros artistas míticos catalanes como Quimi Portet o Gerard Quintana. Programación fija como su público, creado a base de luchar por mantener la calidad y la música en directo contra viento y marea. Fan fatal de Joe Cocker, el bueno de Genis contactó con su tributo malagueño Mad Dogs, liderados por Pepe Salas y que tiene en sus filas a media banda de un servidor, que como no pudo ser de otra forma triunfaron por sus pagos. Tras el concierto le recomendaron fervorosamente la escucha de mi disco, que esa noche sonó a todo trapo, el flechazo fue inmediato y creciendo en el tiempo tras investigar vídeos y canciones (bendito internet). La llamada no se hizo esperar, quería tener a El Zurdo más tarde o más temprano en Cataluña. Dicho y hecho. Tras un arduo trabajo de Genis, cerrando un par de fechas mas, Firabar en Cardona y Amanita Club en Sallent, ya solo quedaba la parte logística por mi parte, que también tendría tarea de cuadrar a cinco señores para cuatro días fuera de casa con lo que supone (trabajos, horarios, vuelos y concilio familiar).

El pasado fin de semana, tras varios meses de cuadrar el círculo, pudimos disfrutar de la visita, desde el primer paso fuera del avión como del último para volver no tuvimos que preocuparnos de nada.

«Si em punxen no em surt sang», «si me pinchas no sale sangre», era la expresión que venía como calzador cuando llegamos al pueblo y la gente nos saludaba como si nos conociéramos de toda la vida, «Zurdo, que buena Miss Carnaval», «te has traído La Faraona» (una de mis guitarras), «visca el Zurdo»... Se habían molestado en escuchar el disco, ver vídeos y echarle un ojo a mi biografía, mis artículos y mis fotos variadas de las redes. Se notaba la expectación y a mil kilómetros de casa parecía que me conocían más que en la mía. El agasajamiento constante y la hospitalidad a la máxima potencia nos hacía deudores de devolver ese cariño con creces, con todo nuestro arte. Y así fue. Los conciertos de Sallent y Cardona fueron de una intensidad brutal, pero la guinda se la llevó la Parockia, que horas antes del bolo ya estaba a rebosar de gente. Tras entrar en la sala tardé en llegar al escenario por las muestras de cariño, abrazos y estrechamientos de manos que solo podían echar más leña al fuego de mi deuda para con ellos. El sentimiento independentista está fuertemente arraigado allí y tuvimos conversaciones de altura sobre el mismo, pero mi frase para arrancar el concierto arrancó las risas y los aplausos: «Os comprendo perfectamente, con el trabajo que me ha costado a mi independizarme de mi casa...». A lo cual un amigo respondió «Viva la Faraona», en referencia a mi madre. Bendito sea. Creo que nunca sudé tanto en un escenario, con lagrimones como puños oía corear mis canciones letra por letra a gente a mil kilómetros de mi casa. En las maletas repartidos llevábamos una cuarentena de copias de Acto de Fe - mi disco- que al terminar la última canción con la guitarra bañada en cerveza y yo empapado firmé una por una hasta acabar con todas.

De vuelta a casa todavía sigo con la cara de idiota, por tres días maravillosos que parecían un sueño, gente así habría que clonarla y ponerla en cada provincia. Bendito Genis y bendita gente. Luego abres el correo y te encuentras con la realidad diaria de tener que perder trabajos porque te quieren racanear cien euros del presupuesto o tal grupo vende más cubatas y el otro cobra más barato. Maldita sea, así es la vida. «Una de freda i una de calenta». ¿Los peseteros no eran los otros?