La 47 edición de la Feria del Libro de Málaga no sólo tendrá cambio de ubicación también contará con la llegada de un nuevo director, Manuel García Iborra. Ilusionado con el proyecto, el gestor es optimista y augura un gran futuro para la feria.

Se pone al frente de la Feria del Libro de Málaga después de haber gestionado otras ferias. ¿Cómo afronta este nuevo reto?

Con mucha ilusión. Es un trabajo que sin una buena actitud no se puede hacer. Málaga es una ciudad con muchas posibilidades y el proyecto de Feria del Libro en Málaga tiene un margen de mejora y crecimiento muy amplio.

¿Cuál ha sido la línea de trabajo más importante de esta edición?

En esta edición ha sido realizar la mejor gestión de presupuesto posible. Después, toca convertir la Plaza de la Merced en el lugar más acogedor y atractivo que seamos capaces.

¿Cuáles son sus objetivos como director?

El objetivo de presente es mejorar las últimas ediciones aprovechando el trabajo hecho, y comenzando las vías que necesitamos para el futuro. Necesitamos trabajar con las administraciones desde la confianza y con la máxima implicación que sean capaces. También, relacionarnos de la manera más ambiciosa posible con el sector del libro malagueño, con libreros, editores y escritores. Con esta base podremos comenzar a trabajar, por otro lado, patrocinios de otro tipo.

¿Cómo valoraría la gestión de su antecesora, Ana Cabello?

Para poder trabajar he tenido que recoger el máximo de información de cómo han sido las ediciones anteriores. Ana Cabello se encontró una situación muy complicada y un contexto muy poco práctico. Realizó un trabajo estructural que era necesario y me ha asesorado ante todo lo que le demandaba. Tenemos que estar muy agradecidos con su trabajo.

¿Qué vamos a encontrar en esta nueva edición?

Una plaza conquistada por los libros en la que puedes oír mientras paseas cómo los escritores presentan sus libros, se escuchan recitales poéticos o terminamos el día con canciones que han sido publicadas en papel. Una plaza a la que puedes llevar a tus niños para que disfruten de actos infantiles y que vean cómo hay personas que creen que los libros son maravillosos.

¿Cuáles han sido los factores que han motivado este cambio del Muelle Uno a la plaza de la Merced?

Personalmente, cuando se trata una feria pequeña, como la actual de Málaga, prefiero una plaza. Pienso que las ediciones en el puerto no fueron tan exitosas como se piensa y, sobre todo, era un espacio que necesitaba una estructura organizativa muy exigente. La plaza de la Merced, en cambio, ha incorporado nuevas colaboraciones para permitir que la feria sea la mejor posible. Hemos cambiado exigencias por colaboración.

Sin embargo, después de los duros años de crisis que ha sufrido el sector, en las últimas ediciones se había conseguido aumentar las ventas y afluencia de público gracias a su ubicación en el Palmeral de las Sorpresas. ¿Cómo cree que puede afectar el cambio a la Merced?

Todos los proyectos necesitan asentarse, así que habrá que ser prudente. Aún así, soy optimista. Espero que no demasiado ingenuo. Tengo la intuición de que vamos a mejorar los resultados de la última edición.

¿Y qué ocurre si en la plaza de la Merced no se alcanza este objetivo?

No me enfrente a un problema que aún no existe. Salvo desastre, recomendaría a la Asociación de la Feria del Libro de Málaga que con este punto de inflexión comience a un proyecto de tres o cinco años. No parece que la plaza de la Merced sea un espacio poco recomendable, veo a los participantes ilusionados. ¡Tenga fe!

¿Cuál es su opinión sobre el apoyo institucional a la feria?

El apoyo institucional ha permitido que esta edición sea posible. Estoy contento con la situación actual, aunque es modesta. En casi cualquier ciudad española, el apoyo hubiera podido ser evaluado como notable, pero es Málaga. La aspiración debe de ser muy alta, por lo que desde la organización debemos de presentar un proyecto que ilusione a las instituciones. A veces, no es todo presupuesto. La Feria del Libro de Málaga pertenece a una asociación del gremio librero y editor, es independiente a las instituciones. Hasta que la realidad no me desilusione me gusta pensar que las instituciones toman buenas decisiones y no podemos exigir que apoyen todos los proyectos que se demanden. Deben de apoyar los eventos que lo merezcan, los que sobresalgan por su calidad. Debemos huir de una inercia de la exigencia y seducir a través de la calidad de los proyectos.

La Diputación organiza su noche de los libros en la Térmica con unos fondos que bien podría destinar a la Feria del Libro. ¿Cree que hay competencia desleal?

La Diputación de Málaga es una de las cuatro instituciones que tiene caseta en la feria y nos ayuda con los materiales que imprimimos. Sería la tercera institución en apoyo directo o indirecto, un poco por debajo de la Consejería de Cultura y un poco mayor que la Universidad de Málaga. El Ayuntamiento de Málaga sobresale en este cuarteto de apoyo. La feria del libro es sólo un periodo de diez días al año y Málaga debe de tener una gran programación literaria durante todo el año, así que es imprescindible que existan grandes proyectos como el de La Térmica. Hemos tenido contactos las dos partes, La Térmica y la Feria del Libro, para colaborar en este 2017, pero ha sido todo muy precipitado. También hemos fantaseado con coordinarnos y colaborar en el futuro, al igual que con La Noche en Blanco. Debemos sentarnos y si llegamos a acuerdos, hacer que estas grandes iniciativas compongan un gran proyecto con unos objetivos generales. Crear un gran guión de la acción cultural literaria en Málaga. Veo disponibilidad por todas las partes.

¿Cómo valoraría el estado actual del sector editorial? ¿Se ha conseguido superar la crisis de las letras?

El sector está en una transición que no se sabe muy bien hacia dónde evoluciona. Comprenderlo es muy importante para organizar con coherencia proyectos como una feria del libro. Ha surgido la autoedición y la facilidad para que muchísimos proyectos editoriales surjan en cada provincia y gestionar estas nuevas olas, comprendiendo su importancia social y cultural, es clave.