Verano de 2006. El pueblo de Ojén emprende un viaje donde se desarrollará como escenario de uno de los festivales de música independiente más importantes del calendario nacional. El origen de Ojeando fue un certamen llamado Callejeando, donde las músicas de todo el mundo tenían cabida. En 2007 el Ayuntamiento de Ojén coge las riendas del evento y lo transforma en el Ojeando actual, una cita única en la provincia con la música indie. «Cuando yo me pongo al frente del Ojeando había demasiadas lagunas y la gente del pueblo no estaba muy a favor del festival. Fue entonces cuando comencé a buscar ayuda a profesionales y una marca. Un grupo de técnicos y voluntarios me ayudaron a crear este festival de música independiente», señala Estefanía Merino, concejala de Cultura del Ayuntamiento de Ojén y una de las artífices del evento.

«Apostamos por la música independiente porque en Málaga había una escena que lo solicitaba. Había una serie de grupos que no tenían cabida en otros festivales, que no tenían cabida en la programación institucional y que estaban demandando una plaza donde poder tocar. Así fue como Ojeando apostó por la música indie. Nace con un hecho diferenciador claro, ya que en Málaga no había ningún evento de este tipo», nos cuenta Israel Olivera, uno de los organizadores del Ojeando.

Estefanía, Israel y todo su equipo se pusieron manos a la obra, a estudiar sobre la música indie y a buscar bandas de este estilo musical que fueran un reclamo para el público. «Nuestra referencia principal fue Benicàssim, nunca para copiar sino para poder ver cómo podíamos adaptar ese criterio artístico de calidad musical a nuestro escenario. Porque Ojeando parte también con la idea muy clara de que es un festival para Málaga y Andalucía», añade Israel.

A lo largo de esta década, Ojeando también ha servido de plataforma para muchas bandas malagueñas y andaluzas, como Trepàt, Negroazulado, The Loud Residents, Airbag, Fila India, Dry Martina y Jammin´Dose, entre otras muchas que han pasado por sus escenarios. Y así las bandas malagueñas de música indie encontraron su plaza para tocar y Ojén se volcaba cada primer fin de semana de julio con ellos, y los artistas con el pueblo. Más de 20 conciertos en dos días, público de todos los perfiles posibles y un municipio que acogía con los brazos abiertos a todo aquel que venía a pasárselo bien y a disfrutar de la mejor música en directo. «La simbiosis de los vecinos con el festival ha sido increíble, la gente del pueblo ha ganado en estos diez años en experiencias, en cultura musical y por supuesto también a nivel económico. Los hosteleros están encantados con que Ojeando se siga celebrando», asevera la concejala de Cultura.

Pero no sólo de grupos malagueños ha vivido durante estos diez años el Ojeando. Triángulo de Amor Bizarro, La Habitación Roja, Love of Lesbian, Niños Mutantes, Iván Ferreiro, Nacho Vegas y Alaska, entre muchos otros, han pasado por los tres escenarios que se ubican en diferentes lugares de este pueblo de casas blancas y calles empinadas. En 2010 hay un punto de inflexión con la actuación dentro del programa del certamen de Los Planetas. «Nada cambió cuando comenzamos a cobrar las entradas en el escenario patio, quizás el perfil del público era más entendido pero la línea editorial seguía siendo la misma: conseguir que vinieran a Ojén algunas de las bandas indies del momento», dice Israel.

El recorrido de esta década ha sido muy potente, a pesar de que se trata de un festival sufragado entero por el Ayuntamiento y con un presupuesto bastante limitado. Los números son cuanto menos abrumadores. En estos diez años se han celebrado más de 300 conciertos, han actuado más de 200 bandas y miles de personas han asistido como público. El próximo 30 de junio arrancará su décima edición bajo el lema 10 años, 10 artistas, 10 experiencias. El proyecto de futuro da larga vida al Ojeando, retomando nuevos escenarios como la Cueva, creciendo en momentos pero no en ambiciones, conservando esa esencia de auténtico, familiar y rural y alejándose de lo comercial. Ojén es la capital andaluza del indie, y seguirá con su concurso de nuevos talentos y con su apuesta por los grupos locales. Que cumpla muchos más.