Antonio Banderas fue distinguido ayer con el Premio Nacional de Cinematografía 2017 que concede el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, por una «extraordinaria» trayectoria, por abrir camino en Hollywood y por su «compromiso tenaz» con el cine como actor, productor y director. En declaraciones desde el Festival de Ischia (Italia), donde recibió la noticia, Banderas aseguró sentirse «contento y lleno de gratitud» y avanzó que espera volver a ponerse pronto detrás de las cámaras. «El siguiente paso para mí es volver detrás de la cámara», dijo el actor, que acaba de rodar en Carmona (Sevilla) su parte de Life Itself, una producción estadounidense dirigida por Dan Fogelman, y tiene por delante otros proyectos, como el rodaje del biopic de Lamborghini, que empezará en septiembre en Italia.

Dotado con 30.000 euros, el Premio Nacional de Cine reconoce la carrera de un profesional del séptimo arte en cualquiera de sus facetas y en las últimas ediciones ha recaído en Ángela Molina, Fernando Trueba o Juan Antonio Bayona, entre otros. «Sé el privilegio y el honor que este premio representa sólo siendo consciente de los nombres de aquellos profesionales que lo recibieron antes que yo. Lo acepto lleno de gratitud, humildad y sentido de la responsabilidad», reconoció el malagueño, que el 10 de agosto cumplirá 57 años y que en enero pasado sufrió un ataque al corazón que le ha llevado a «bajar el ritmo» a nivel profesional.

En su fallo, el jurado ha premiado a Banderas por «ser un cineasta con una trayectoria extraordinaria a nivel nacional e internacional que ha abierto el camino para muchos actores y actrices españoles». «Su compromiso tenaz con el cine como actor, director y productor le hace merecedor de este premio», subrayó el jurado.

En este sentido, el protagonista de Átame y La máscara del Zorro considera que las cosas han cambiado mucho desde que se embarcó rumbo a Hollywood a comienzos de los 90. «Antes se veía como algo imposible», afirmó. Banderas apuntó que tiene la «impresión» de que este premio obedece al hecho de haber colaborado a «abrir puertas de espacios que quizás eran muy difíciles de conquistar» y a la «internacionalización de actores españoles», algo que ahora se ve «con una naturalidad distinta» a cuando se marchó a Estados Unidos».

«No solo se tiene que ser español practicándolo desde España, sino que se puede ser desde diferentes cinematografías y al mismo tiempo también te conviertes en referente de tu país fuera de él», dijo.

Nacido en Benalmádena, donde su padre era policía y su madre maestra, Banderas empezó su formación como actor a los 19 años, cuando viajó a Madrid para estudiar en la Escuela de Arte Dramático. Compaginó sus estudios con trabajos como acomodador y técnico de iluminación, hasta que Lluis Pasqual le dio en el teatro su primera oportunidad en La hija del aire.

Su debut en el cine vino de la mano de Pedro Almodóvar en Laberinto de pasiones (1982). Se convirtió en su actor fetiche y repitieron en Matador (1986), La ley del deseo (1987), Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988) y Átame (1989). Posteriormente, ambos han colaborado en La piel que habito (2011) y Los amantes pasajeros (2013). Su primer papel en Hollywood fue en Los reyes del mambo (1992) al que siguieron dos aún más relevantes. Uno, el de pareja homosexual de Tom Hanks en Philadelphia (1993), película de Jonathan Demme sobre el sida que ganó dos Óscar y que le abriría definitivamente las puertas de la meca del cine. Y el otro, encarnando al vampiro francés Armand en Entrevista con el vampiro, junto a Brad Pitt y Tom Cruise. En 1994 rodó su primer papel protagonista internacional en De amor y de sombra y cuatro años después llegó el segundo, La máscara del Zorro (1998), junto a Anthony Hopkins, su primer taquillazo. Su debut como director fue Locos en Alabama (1999), una comedia protagonizada por su entonces esposa la actriz Melanie Griffith, y en 2006 estrenó su segundo largometraje detrás de las cámaras, El camino de los ingleses (2006), filme rodado su Málaga natal.

Antonio Banderas ha obtenido numerosos galardones a lo largo de su carrera. Ha estado nominado tres veces a los Globos de Oro, por Evita (1996) y La máscara del Zorro y por la serie And Starring Pancho Villa as Himself (2003). Acumula otras cuatro nominaciones a los Goya, aunque sólo se ha llevado el de honor, que recogió en 2015.

El ministerio de Educación, Cultura y Deporte le concedió en 2008 la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes y también ha sido reconocido con un Premio del Cine Europeo, con el Fotogramas de Plata, los premios Sant Jordi de Cine, el Donostia del Festival de San Sebastián y el Premio de Honor de la vigésima edición del Festival de Málaga, entre otros muchos.