Serendipia, o sea: hallazgo afortunado e inesperado que ocurre cuando buscas una cosa distinta. La vida profesional del bailarín y diseñador Pepe Muñoz o Jose, como lo llama su familia, está marcada por la serendipia, y es que ha sabido estar en el momento y lugar adecuados siempre. Conozcamos al hombre del que todos hablan por su relación (de amistad y profesional, matiza él) con la cantante Celine Dion, para la que baila en su nueva gira.

Aunque nacido en San Juan de Alicante, considera que Málaga es su casa, pues se instaló entre nosotros con 14 años: «Es la ciudad en la que he estado más tiempo, aquí están mis amigos, mis padres...», explica por teléfono desde París. Comenzó a bailar con 18 años en una pequeña academia del Cerrado de Calderón: La Danse Studio. «Había unos profesores maravillosos, me decían que había nacido para esto y me ayudaron muchísimo», recuerda. Así que decidió que quería dedicarse a ello, a bailar sobre las tablas... Y no sentó demasiado bien en su casa; sus padres querían que estudiase una carrera universitaria. «Mi padre se lo tomó regular al principio, pero tres o cuatro años después, estando en Las Vegas, me pidió perdón por no haber creído en mí», admite el bailarín.

Un año después, con sólo 19 , estaba ya en el elenco del musical Cats en Madrid. «Siempre ha sido todo muy rápido», argumenta Pepe buscando una respuesta pero todavía asombrado cuando recuerda cómo le han ido surgiendo los proyectos. ¿Que cómo llegó a Cats? Un verano en Madrid, se puso a bailar con sus compañeros del curso del Ballet Nacional de Cuba en la calle «para ganar algo de dinero», con tan buena suerte que los directores de Cats los vieron. «Me preguntaron que si cantaba y yo dije que claro, estaba obsesionado con ese musical, así que fui con una sonrisa y mucha cara y me contrataron», dice entre risas el malagueño.

A la vuelta de una de las giras de Cats, descansando un verano en Málaga fue a la Escuela Superior de Artes Escénicas (ESAEM) «porque quería tomar clases para mantenerme en forma durante las vacaciones, y al contarles a lo que me dedicaba me contrataron para dar unos cursos».

Un año después Fama, a bailar, el programa de Cuatro, lo acogió en su elenco de profesores. Y, aunque no le cambió la vida asume que cuando acabó no supo cómo manejarlo: «No estaba preparado para la tele. Cuando acaba ese círculo en el que todo es muy fácil y al que te has acostumbrado no sabes qué hacer... Me deprimí, lloré y engordé», confiesa Pepe Muñoz. Pronto llegaron las manos tendidas. «Hijo, así no te queremos en casa, ¿qué necesitas?», fueron las palabras de su padre. «Había estado trabajando un año en la tele y no tenía dinero. Le dije: Papá quiero irme a Nueva York, bailar y tomar clase. Y mi padre me costeó dos semanas allí», recuerda emocionado al otro lado del teléfono desde su habitación de París. Allí lo contrataron como protagonista de West Side Story para una gira internacional. Y remontó: desde entonces han sido muchos y muy prestigiosos los musicales en los que ha participado el malagueño, como Chicago, West Side Story, con el Cirque du Soleil... Hasta llegar a Celine Dion.

Relación con Celine Dion

«El novio de Celine Dion». «El misterioso bailarín que acompaña a la cantante». Así hablan de Pepe Muñoz en las revistas de medio mundo tras publicarse unas fotos del malagueño y la canadiense paseando por París en un descanso de sus conciertos. La realidad es otra: «Somos muy amigos y tenemos una relación profesional superbonita», asegura el bailarín. Por cierto, también conoció a la canadiense «sin querer»: Su amigo Matthieu comenzó a trabajar como chef y mayordomo en la casa de la vocalista; «Hace ocho meses me llamó Matthieu diciendo que La Celine quería un bailarín». Un mes después estaba en Las Vegas haciendo la prueba. «Y el resto es historia...», dice.

Cuando surgió la oferta de Celine Dion, Pepe Muñoz, en realidad, estaba retirado del baile. «Me llegó en un momento en el que no me encontraba, no sabía qué hacer y tras varias sesiones con mi terapeuta había decidido dedicarme a dibujar», explica. Porque el malagueño lleva años cultivando una gran pasión paralela: ser ilustrador de moda. Lo que empezó como una terapia cuando murió su abuela dos años atrás, se ha convertido en aquello a lo que quiere dedicar ahora su vida. El 5 de agosto acaba la gira con la cantante de My heart will go on. A partir de entonces Pepe Muñoz quiere seguir bailando «solo si lo puedo compaginar» con la página en blanco. «En la vida hay que hacer lo que a uno le apetezca, y a mí lo que me apetece ahora es dibujar», dice ilusionado el malagueño.