Corre el año 2037 y España, debido a la terrible crisis que sufre Europa, se ve obligada a desprenderse de su patrimonio artístico y vender la obra maestra de Velázquez, Las Meninas. Sor Ángela, una monja copista, será la encargada de hacer una réplica para exponerla en el Museo del Prado.

Carmen Machi es la actriz que da vida a sor Ángela en una comedia distópica que llega a Málaga este sábado 16 de septiembre bajo el título: La autora de las meninas.

Machi, acostumbrada a interpretar papeles de lo más variopinto, esta vez tiene que enfundarse el hábito religioso en una obra con una base «terrible», según lo cataloga la actriz, ya que se llega al extremo de tener que desprenderse del patrimonio artístico del país, pero que a la vez tiene «tintes de comedia». Lo más irónico de la obra «es que puede ocurrir, tal y como está el panorama...», bromea. Sor Ángela, un personaje que significa «un regalazo» para la madrileña, se ve en una encrucijada debido a la transformación que va a ir sufriendo su personalidad.

La interpretación del papel supuso para Carmen Machi una documentación previa «para estar a la altura del autor», pero según «mi manera de trabajar, el perfil del personaje se va creando solo». Tan solo la vestimenta «ya te da una personalidad. Te conduce por el camino que tienes que tomar». Su principal virtud es que es una función «muy divertida» en la que, a pesar de la temática, «no hace falta entender de arte» para disfrutarla.

La autora de las meninas, dirigida por Ernesto Caballero, se estrenará en el Teatro Cervantes este fin de semana. Un enclave nada nuevo para Carmen Machi, que es una asidua al Festival de Cine de Málaga. A pesar de no suponer una novedad, siempre vuelve con ganas. «El festival es un escaparate extraordinario y le tengo mucho cariño a Málaga». Lo que más sorprende a la actriz es «la acogida y el entusiasmo de Málaga» por su festival. «Hay un arrope, un amor? toda la ciudad se vuelca. Hay un ambiente increíble».

Trayectoria

Carmen Machi ha pasado por los tres grandes medios: cine, televisión y teatro. Y por todos siente un aprecio especial. «Disfruto mucho con los tres. Así que me quedo con todo», asegura la actriz madrileña argumentando que las tres opciones «son maneras de llegar a lo mismo, que es interpretar». Lo importante es si la idea le suscita interés, por lo que la elección «siempre depende de la propuesta que te hagan». Aunque, en ocasiones, «cuando llevas mucho tiempo en televisión, te apetece cambiar». Al igual que «si haces mucho teatro». En cambio «el cine es distinto, solo grabas durante unos meses», así que es más complicado cansarse.

A la actriz se la conoce principalmente por su papel como Aída en la serie de televisión de Telecinco que lleva el mismo nombre. Un papel que para nada le pesa y del que está muy orgullosa. «No sé por qué siempre ha existido el rumor de que me cansé de ese personaje. Al contrario, le tengo mucho cariño». Y especial cariño le tiene también a su interpretación de la Aída García de Siete Vidas, que «supuso un antes y un después» en su carrera, ya que Aída se creó posteriormente como un spin off.

Pero no hace falta decir que la carrera de Carmen Machi es mucho más amplia. Esta madrileña comenzó con 17 años en el teatro y, a partir de entonces, «ya no dejé nunca de trabajar, afortunadamente», explica. Y es que el teatro «es un lugar al que siempre vuelves, porque es el hábitat natural del actor», pero no por esa afirmación generalizada de que los mejores actores son los del teatro o que se demuestra si un actor es bueno o no haciendo teatro, «eso no es verdad», asegura. En el teatro, «me siento con más armas. Por ejemplo, en el cine me parece que se vive una tensión más exagerada porque tienes que estar pendiente a muchas cosas», dice. En cambio en el teatro se desenvuelve como pez en el agua porque lleva haciéndolo toda la vida.

Bodas de sangre fue aquella primera obra que estrenó Machi cerca de la mayoría de edad. «Lo hice tan mal, pero me lo pasé tan bien...», bromea, que entendió que ya solo quería interpretar. «Sentía una necesidad extraña de hacer de otra persona», cuenta la actriz que, a pesar de definirse como una mujer tímida, encima del escenario todo desaparecía. «Lo hiciese bien o mal, me resultaba fácil simplemente hacerlo». Así pues, «nunca he querido dedicarme a otra cosa porque no hay nada que me haga tan feliz».

Pero, aún después de más de treinta años de carrera, sigue teniendo su gran momento de timidez cuando vuelve a la piel de Carmen Machi. «Cuando estás encima del escenario, estás interpretando y haciendo de otro, así que puedes gritar o hacer cualquier cosa. Pero cuando acaba la obra y sales a saludar ya eres tú mismo. Y eso impone más».