Muchas veces me he preguntado cómo se mide el nivel cultural de una persona. Podríamos encontrar múltiples respuestas sin que alguna de ellas fuese del todo cierta. Mi experiencia me ha hecho entender la cultura como la capacidad de situarse en cualquier tiempo histórico con sentido de la relatividad y un decidido compromiso para mejorar el contexto social y el entorno natural y urbano en que vivimos. Lo que supone conocer, comprender y pensar el mundo con sentido crítico desde una auténtica autonomía intelectual y moral. A esto debemos añadir el anhelo de aprender permanentemente, además de disfrutar placenteramente de las diferentes expresiones de la cultura. Ésta es la definición que más se acerca al modelo de cultura del Ateneo. Cincuenta años de compromiso con la democracia y la libertad.

Pero la concepción ateneísta de la cultura nos lleva al diagnóstico de una ciudadanía demasiado acrítica y permisiva con los privilegios y la corrupción. Ya en mi última etapa de maestro de primaria y colaborador honorario de la Universidad de Málaga, tenía claro que el Ateneo era mi trinchera desde donde trabajar por el fomento de la cultura en mi ciudad.

En las elecciones de la Junta Directiva de 2009, después de ser vocal ocho años en la anterior, me presenté candidato a presidente del Ateneo de Málaga con un nuevo proyecto, cuyo primer objetivo fue incorporar a personas con una gran dosis de altruismo que dedicaran su tiempo libre a una institución sin ánimo de lucro y de utilidad pública. Incluso trabajando con carencia económica como consecuencia de recortes, desaparición de subvenciones públicas y colaboraciones privadas. Era un proyecto participativo, innovador y con exigencia en la calidad de las actividades que organizásemos. El elevado número de vocalías, treinta, con funciones concretas, fue también una estrategia para incorporar en primera línea a nuevos talentos y a otras generaciones de intelectuales con implicación activa en la programación y, a ser posible, en la captación de nuevos socios. El Ateneo debía adaptarse a los nuevos tiempos, tanto en la imagen corporativa como en los proyectos que se aprobaran. No podíamos seguir viviendo de las rentas de los memorables primeros años en la plaza del Obispo.

La urgencia de encontrar patrocinios que nos permitieran sobrevivir en plena crisis económica ha sido para mí una obsesión. Gracias al excelente trabajo de los tesoreros se controló el gasto y se marcaron las pautas a seguir en el futuro. El resultado ha sido disponer en la actualidad de la solvencia suficiente para que la siguiente Junta Directiva no sufra el apremio de buscar los recursos que permitan al Ateneo seguir abriendo sus puertas cada día. Para ello las vocalías dispusieron de un mínimo presupuesto, que solo se vio compensado en el 50 aniversario, gracias a la colaboración extraordinaria del Ayuntamiento de Málaga, lo que propició una excelente programación al mismo tiempo que facilitó un ahorro significativo para los próximos años.

Atrás queda la constitución del Consejo Asesor con personas de alta significación cultural en Málaga. El nombramiento de Juan A. Lacomba como Presidente de Honor. La concesión de veintiocho Medallas Ateneo. La creación de la nueva biblioteca con los fondos bibliográficos del Dr. Antonio Alcalá López, una complicada herencia que supimos resolver con esfuerzo y profesionalidad. La reforma de los estatutos. El nuevo diseño de la web y la incorporación a las redes sociales. Trece monográficos de la revista ANS. Edición de seis libros. El documental Ateneo de Málaga, historia de una resistencia. Tres manifiestos redactados por comisiones de intelectuales, coordinadas y aprobados por la Junta Directiva. La organización y custodia en un espacio digno de la colección de arte, otra asignatura pendiente que tuvimos que resolver. El extraordinario programa del 50 aniversario en 2016, del que solo queda pendiente la publicación del libro Historia del Ateneo de Málaga. Prestigiosos intelectuales han participado en nuestras tribunas Euromediterránea y de Pensamiento: Iñaki Gabilondo, Baltasar Garzón, Dolores Delgado, Federico Mayor Zaragoza, Luis García Montero, Ramón Tamames, Juan José Tamayo, Fernando Arrabal, Jean Pierre Filiu, Francisco Javier Carrillo, Ángeles Caso, Victoria Camps, Carlos Jiménez Villarejo, Rosa Montero, Salvador Távora, Antonio Manuel Rodríguez... Homenajes a pensadores relevantes en el ámbito nacional: José Luis Sampedro, Antonio Gala, Ribas Prous, Julio Diamante€

La colaboración de la Universidad, se fortaleció con la creación de la Tribuna Ateneo Universidad, por la que han pasado más de un centenar de ponentes. Los Premios Ateneo-UMA han aumentado a siete categorías, además de crear con periodicidad anual el Premio Ateneo-Teatro. Nuestros ciclos de Música en el Museo Picasso y otros auditorios de la ciudad han sido premiados por la Federación de Ateneos Andaluces. Las experiencias innovadoras «Tertulias Pedagógicas» (Hablemos de Educación en el Ateneo), «Escena Bruta» y «Espacio Frank Rebajes» han supuesto un acercamiento a los jóvenes creadores del teatro, de las artes plásticas y de la educación. Las excelentes exposiciones de arte y fotografía, los encuentros con la narrativa y la poesía, con urbanistas y arquitectos, con profesionales de la salud, videocreadores, participación ciudadana en debates sobre asuntos relevantes de la ciudad, ciclos de cultura alimentaria y de consumerismo, reorientación del cineforum, presentación de más de ciento cincuenta libros, el permanente debate sobre el patrimonio industrial, el medio ambiente, la antropología, la memoria histórica€ Ocho facultades de la UMA y dos nuevas extensiones (Ojén y Benaoján) se han incorporado al Ateneo.

En estos momentos cercanos a la despedida es de justicia agradecer a todos y cada uno de mis compañeros y compañeras de la actual Junta Directiva su gran generosidad por el enorme trabajo realizado. También a los miembros del Consejo Asesor y a los vocales del periodo anterior (2009-2013), que me apoyaron hasta el final con una impecable y rigurosa gestión democrática. Mi gratitud igualmente a la Fundación Unicaja Banco, ayuntamientos de Málaga, Junta de Andalucía, UMA, Cedma, Museo Picasso, Fundación Málaga, Copicentro, Hospital El Ángel, El Pimpi, Hotel Petit Palace€ por su fidelidad como patrocinadores o colaboradores. Y, sobre todo, a los socios y socias, que son la base y el sustento imprescindible del Ateneo. Sin ellos, nada de esto hubiera sido posible.

Nuestro proyecto ha llegado a su fin. En estos ocho años he procurado dedicarme con pasión y responsabilidad a la confianza que los socios me encomendaron cuando fui elegido Presidente del Ateneo de Málaga. Compartir el trabajo con personas de tanta valía humana e intelectual ha sido una de las experiencias más interesantes que he vivido.

No me gusta pedir disculpas porque los errores que pude cometer -seguro que los hubo-, ninguno fue intencionado. Cuantas decisiones importantes tomé, siempre anteponiendo los intereses del Ateneo, fueron con la aprobación de la Junta Directiva. Pero lo mejor, una vez superada la transición de la etapa anterior, ha sido el afecto y el buen clima de relaciones entre los miembros de la Junta Directiva y los socios, además de la satisfacción compartida de haber abierto y posicionado al Ateneo en una ciudad con una amplísima y creciente oferta cultural.

Finalizamos la etapa inaugurando el próximo curso el 16 de octubre en el Auditorio del Museo Picasso Málaga con la presentación del monográfico ANS nº 23 dedicado a las artes escénicas. En el acto intervendrá como invitado especial el dramaturgo Salvador Távora. El viernes 13, como complemento y homenaje al teatro se representarán secuencias de EL DESEO, de Picasso, dirigidas por Juan Manuel Hurtado, en la sede del Ateneo.

De las elecciones que convocaré el próximo 3 de octubre y en las que no seré candidato por limitación de mandato a ocho años de acuerdo con la reforma de los estatutos que yo mismo impulsé, saldrá una nueva junta directiva con un nuevo presidente.

Desde mis mejores pronósticos para quienes continúen tan ingente labor, gracias de corazón.

*Diego Rodríguez Vargas es presidente del Ateneo de Málaga