Belén Cuesta es una de las tres actrices (Olalla Hernández y Erika Bleda son las otras dos) que han interpretado el personaje de la hermana Milagros de La llamada en los escenarios de España, México y Moscú donde se ha representado la comedia musical. Pero suyo fue el papel original y suyo es también a partir del viernes pasado, el rostro de esa joven monja dudosa de su vocación que se fijará para siempre en la memoria del público. Es el gran poder del cine, el medio en el que vivirá desde ahora y para siempre la divina idea que los Javis (Javier Ambrossi y Javier Calvo) pensaron inicialmente para el teatro, y que ellos mismos se han encargado de adaptar para la gran pantalla (la película se presentó ayer, jueves, en el Festival de San Sebastián).

«Los Javis lo han hecho fenomenal -afirma la malagueña, nominada al Goya 2016 a la mejor actriz revelación por el film Kiki, el amor se hace (Paco León), y, en el mismo año, premio Feroz a la mejor actriz de reparto por su papel en la serie Paquita Salas, también de Calvo y Ambrossi-. La verdad es que nosotras [se refiere a las actrices de la película] estábamos muy asustadas con la adaptación al cine, porque el lenguaje es muy diferente y era difícil contarlo todo de nuevo, pero de otra manera. Yo soy feliz con lo que se ha hecho».

Por favor, concrete un poquito el porqué de esa satisfacción.

Me ha encantado redescubrir la historia como espectadora, porque, claro, al estar actuando, antes no podía. Y creo que la gente que haya visto la función y vaya ahora al cine va a estar feliz de verlo todo mucho más de cerca que en el teatro, donde no se percibe tan claramente lo que le pasa a cada personaje o todo el conflicto que hay. A mí me ha gustado mucho el poder verlo todo tan cercano, que además es como recuperar La llamada del principio, porque todo empezó como una representación muy íntima, en un espacio muy pequeño [en el vestíbulo del madrileño teatro Lara]. Ver La llamada así de cerca creo que es muy bonito y hace que la historia crezca.

¿Los convencidos ya estarán en el bote, pero qué le dice a quien no haya visto La llamada en el teatro para que ahora vaya al cine?

Pues que se va a encontrar con una historia muy divertida, pero también con una historia que sirve, que ayuda, porque al fin y al cabo La llamada habla de defender lo que cada uno somos y a veces no nos atrevemos a defender. Es el mensaje positivo de esta historia. Ya lo vimos en la función, que nos llegaban cartas de padres hablándonos de cómo la obra había ayudado a sus hijos. Eso era algo muy emocionante, muchísimo. Y yo creo que la gente también sale de la peli con alegría, con ganas de sonreírle a la vida, pero también con algo removido por dentro gracias a una obra que en principio podría parecer un disparate.

¿Tanta gente hay perdida o con problemas?

Bueno, hay de todo. Pero fíjate que nosotros fuimos a hacer La llamada en Rusia y, claro, la obra habla de la libertad en todos los aspectos, entre ellos el sexual. Pues bien, allí fue todo muy emotivo en este sentido porque no pueden ser lo que quieren ser, o, dicho de otro modo, el ser lo que uno quiere tiene consecuencias. El lema de La llamada es Lo hacemos y ya vemos, y hay mucha gente, joven y mayor, que no se ha atrevido a tomar decisiones en su vida personal, o laboral, y que a lo mejor esta obra le hace como un clic.

¿Hay cambios en el argumento?

No, no, el argumento es el mismo. Sí que hay personajes nuevos, que ayudan a contar la historia. Y, claro, es nuevo el escenario, porque no es lo mismo, lógicamente, hacer una escena en teatro que hacerla en cine. Tiene distinto ritmo, y la música, y la foto... Pero, en esencia, la historia es la misma, incluso se mantienen muchos diálogos. Ha quedado preciosa. ¡Y mira que yo soy crítica!

Permítame hablar de otros trabajos suyos. Acaba de empezar a emitirse una serie en la que usted participa, Ella es tu padre...

Sí, yo he disfrutado mucho haciéndola, he conocido a compañeros que no conocía, como Lorena, Aníbal, Andoni... Y he vuelto a trabajar con otros maravillosos. Es una comedia más de situación, que a mí es el humor que más me gusta, el que no sea de chistes y de gags.. Y a ver qué pasa, porque con esto de la televisión nunca se sabe tampoco.

En cine también tiene por ahí un thriller de Daniel Calparsoro, El aviso, que se estrenará el año que viene... Un giro en su carrera.

Sí, creo que se estrenará a finales de febrero. Y es un giro, sí, por lo menos a nivel audiovisual, de cine. Es una peli con un guion maravilloso. La protagoniza Raúl Arévalo, y están también Aura Garrido, Aitor Luna... Es una historia que se plantea en dos años diferentes, como en el 2008 y en el 2018. No puedo contar mucho, pero sí decir que es un thriller apasionante, con tintes dramáticos y muy inteligente. Yo creo que es una película brillante.

Y todavía hay otra con Isabel Coixet.

Currar con ella ha sido una experiencia maravillosa, porque Coixet es de lo mejor que tenemos. Es Proyecto Tiempo, una peli, pero dividida. Es una historia futurista, bastante inquietante también.

¿Usted también dibuja, no es verdad?

Sí, pero en ratos íntimos en casa. En mi familia hay varios pintores y yo le tengo muchísimo respeto a eso. Eso es pa´ mí y para algún amigo, bueno, para mi mejor amiga, que le he regalado algún dibujo.

¿Y el teatro qué?

Me tira muchísimo. Yo estudié arte dramático en Málaga y ya hacía teatro desde pequeña. Estrenamos en el Español Los universos paralelos, de David Lindsay-Abaire . Es un texto muy duro pero muy bonito, que habla sobre la pérdida. Antes del estreno estaba bastante nerviosa, porque es la primera vez que trabajo en el Español, que es un teatro bastante simbólico e icónico.