A finales de septiembre del pasado año, los contratos del equipo directivo del Museo Thyssen, formado por la directora artística, Lourdes Moreno, y el gerente, Javier Ferrer, fueron renovados por un año. La vigencia de estos nuevos acuerdos vencen con el año natural, es decir, finalizarán el próximo 31 de diciembre. Entonces se puso sobre la mesa la idoneidad de amortizar uno de los dos puestos para acabar con la bicefalia directiva. Los presupuestos para 2018 contemplan una reducción en sueldos y salarios de cerca de 38.000 euros, lo que podría traducirse en el fin de la actual fórmula. De amortizarse uno de los dos cargos, la pinacoteca ahorraría unos 65.000 euros (cantidad aproximada que percibe cada uno de ellos), aunque tendría que aumentar el salario del nuevo reponsable por asumir dirección artística y gerencia.

Aunque las cuentas podrían casar perfectamente con esta opción, ni Lourdes Moreno ni Javier Ferrer, que ayer fueron consultados por este periódico, han sido informados de ningún cambio al respecto. Quedan menos de tres meses para el fin de sus contratos y su futuro laboral parece estar en el aire.