Antonio Cortés ha crecido. Ya no es aquel joven de sólo 19 años que, de la mano de la primera edición del televisivo certamen Se llama copla, conquistó seguidores por millones dentro y fuera de España. Fue el ganador moral de un formato que sirvió para recuperar un género que durante décadas se había mantenido latente, en el imaginario de la cultura nacional. Una década después, este nerjeño nacido en Rumanía ha optado por iniciar un camino distinto, cual ave Fénix que aparca la copla y se adentra en el pop. Así acaba de publicar Volemos alto, sin miedo al vacío.

«Son diez temas inéditos que ha compuesto José Abraham», relata al empezar a hablara de un disco que toma el relevo a sus tres anteriores lanzamientos largos: Lo que a mí me está pasando (2010), Cuando quieras (2011) y Los secretos de la copla (2013). Añade que, pese al silencio de cuatro años que ha acumulado, se sigue «sintiendo profeta en esta tierra», al remarcar que no ha dejado de actuar en los escenarios de la provincia, igual que en los del resto de Andalucía y del país.

«El silencio discográfico que ha sido más prolongado en esta ocasión partía de la necesidad de encontrarme a mí mismo. Encontrar a la persona idónea también, porque quería tomar un camino diferente. Me quedé muy satisfecho con los disco de copla, pero quería algo más. Tenía una necesidad de mostrar la identidad mía», relata en relación a sus nuevas composiciones, cercanas al pop y la canción española de siempre.

Reconoce que siempre ha tenido en su cabeza que era mucho más que un simple «cantante coplero», aunque el género encasilla y mucho. «Me he sentido intérprete. Y como soy impulsivo, por probar, he querido ir mucho más allá de lo que mi público conoce de mí». El camino no fue fácil, según agrega, porque halló en esta travesía de años a muchos productores, «pero cada uno tenía su forma de trabajar y en ocasiones no se ajustaba a lo que necesitaba como intérprete».

Hasta que José Abraham se le cruzó. Cortés sabía de larga trayectoria compositora para Pastora Soler o David Bisbal. El primer encuentro, no obstante, no fue nada fácil. «Tuve que hacer mucho trabajo para demostrarle que lo mío iba en serio. Tuve que animarlo. Y a partir de ahí empezamos a reunirnos, a trabajar. Luego llegó un trabajo no menos importante, el de que él analizara mi metal de voz. Ha sido bastante difícil. Pero puedo decir con sinceridad que estoy muy satisfecho con el resultado obtenido», manifiesta orgulloso.

No obstante, lo más complicado está aún por llegar. Este nerjeño, a sus 29 años de edad, tiene la ilusión del primer día. Más nervios que nunca. Y sabe que será la mayor prueba de fuego su presentación en directo. Sólo saber por ahora que será en diciembre, y en la capital de España. «En Madrid será la presentación del nuevo disco y después quiero pisar las tablas del Cervantes para presentarlo en Málaga», añade con esos mismos nervios de un primer disco. Porque se siente renacido.

«No puedo anticipar mucho de mi directo, porque todo va a ser sorpresa. Es un antes y un después. Es otro registro y no tendré a ninguno de mis músicos anteriores», expresa. Acerca del momento que atraviesa ahora la copla, bien diferente al de hace diez años, Antonio Cortés tampoco se anda con rodeos: «Vive otro momento. Es un género que hay que mimarlo muchísimo. Y yo personalmente considero que no se ha mimado. No se ha tratado como a mí me hubiese gustado. Se ha masificado. Cuando algo se masifica, el sonido no es igual».

El nuevo lanzamiento discográfico se ha adentrado entre los 50 más vendidos con apenas dos semanas en la calle. «La sensación ha sido muy buena. Porque siendo como la primera vez, con un cambio tan grande, con estos nervios, no estaba seguro de que la respuesta fuese tan buena. No me he conformado nunca con lo que tengo, porque soy inconformista por naturaleza, y creo que mi público ha sabido apreciar todo el esfuerzo que ha entrañado este lanzamiento discográfico», concluye.

El disco atraviesa momentos más reflexivos y los combina con piezas más festivas. Cortés remarca que todos esos matices se podrán sentir en directo: «Ahora se vive un momento muy especial para la música en directo. Nunca ha tenido tanto auge y espero que a la gente le merezca la pena darme la oportunidad de verme».