Uno de los dos artistas, literalmente, ha visto crecer al otro y recuerda que «la pintura le ha gustado de siempre y de pequeño, en lugar de ponerse a estudiar, se iba a pintar». Quien habla es la malagueña del barrio de la Victoria Dori Montiel, y se refiere a la temprana vocación de su hijo, José Miguel París Montiel, que hoy tiene 51 años. Por primera vez en toda su carrera artística, madre e hijo han juntado sus cuadros en la exposición Mujeres y mitología, que hasta el 1 de octubre puede visitarse en la Sala Barbadillo, junto al CAC.

«Teníamos ganas desde hace tiempo, confiesa José Miguel», quien desde pequeño recuerda a su madre en casa pintando y dibujando. José Miguel, diseñador de joyas y profesor de formación, parece haber heredado la vocación por la pintura de la madre, por eso recuerda que «uno de los primeros regalos de cumpleaños fue un caballete y una caja de óleos».

Para su madre, Dori Montiel, también es una ocasión muy especial, por eso ha seleccionado entre sus obras cuadros de mujeres de todas las edades, aunque destaca que en su producción abundan las marinas, los paisajes «y las puestas de sol, que me fascinan».

En su caso, entró en el mundo de la pintura por casualidad, cuando frecuentaba la desaparecida galería Nova hace más de 30 años. «Iba mucho a comprar cuadros y ella me indujo a introducirme en la pintura». De inmediato, esta malagueña descubrió los efectos reparadores del arte: «Me relaja mucho, puedo estar pintando horas y horas y se me va el santo al cielo». Por cierto que el tramo del día que prefiere para trabajar es la tarde.

Luego vendrían las primeras clases con Celia Berrocal, la entrada en la Asociación de Artistas Plásticos de Málaga (Aplama) y su primera exposición, frente a la Alameda, en la que, cuenta con una sonrisa, «vendí unos cuantos cuadros».

En el caso de José Miguel París Montiel, a su temprana vocación hay que sumar la marcada influencia de Dámaso Ruano, que fue su profesor durante muchos años. «Me ha marcado mucho en el tema técnico, lo que pasa es que yo soy muy autodidacta y muy libre», cuenta. Además, entre las exposiciones más especiales en las que ha participado destaca la muestra colectiva del grupo Kartio, con motivo de la inauguración del edificio Edipsa de Puerta del Mar.

La muestra conjunta de la Sala Barbadillo, por cierto, evidencia la diferencia de estilos de madre e hijo. Dori Montiel cuenta que el suyo es «mucho más clásico, me gusta mucho la figura y nunca me iría por lo abstracto».

En cuanto a José Miguel París, cree que en su estilo hay «más simbología tanto en el color como en la forma, el elemento figurativo que pueda aparecer en el cuadro, intentando transmitir quizás alguna historia, por eso está vinculado a fragmentos de poesía que me gusta poner en las exposiciones». Su faceta de pintor que llena de fantasía muchos de sus cuadros se trasladará en breve a un libro infantil que está escribiendo e ilustrando.