«Ni mucho menos me considero un entendido en arte, pero tengo que reconocer que Picasso me vuelve loco». Con estas palabras, el guitarrista Daniel Casares afrontaba en diciembre de 2015 la presentación de su disco Picassares, un trabajo que nació como fruto de su constante relación con la obra y biografía del genio de la Plaza de la Merced desde 2012, año en el que ideó el espectáculo Guernica 75, estrenado en el Teatro Cervantes.

El auditorio del Museo Picasso de Málaga será testigo en cuatro recitales -27 de octubre, 24 de noviembre, 22 de diciembre y 12 de enero- que reflejarán esta relación entre genios y que vienen a celebrar el decimocuarto aniversario de la apertura de la pinacoteca. Las entradas ya están a la venta en la páginas web www.ticketea.com.

A través de su guitarra, Casares ofrece su personal interpretación sobre algunos pasajes de la vida del pintor, como su nacimiento, rememorado en la malagueña Málaga, o su muerte, con la chanson París. La rumba Calle Avignon, el fandango Minotauro o las bulerías Caballo de Guernica son otras de las pinceladas sonoras de su disco. «Tanto la obra de Picasso como las anécdotas personales de su vida son muy inspiradoras. Y mi música simplemente está basada en las sensaciones que el genio me provoca», comenta el guitarrista, que estará acompañado sobre el escenario por el bailaor Sergio Aranda, Manuel Peralta al cante y segunda guitarra, Nelson doblas, violín, y Miguel Ortíz Nene a la percusión.

El malagueño reconoce que Picasso era un «genio muy flamenco» que, además, sentía especial predilección por el instrumento de las seis cuerdas. «De hecho hay una foto en el Pimpi en la que aparece tocando la guitarra». Para Casares, «en la universalidad» del trabajo de Picasso también «se mostraba su origen: su Andalucía y su flamenco». El valor de los orígenes -«de dónde somos nos hace ser quiénes somos», reconoce el guitarrista- también está presente en la producción de Picassares, el primer disco de su carrera grabado en su tierra, Estepona.

«Hasta ahora siempre había grabado fuera, en Madrid, Málaga... Fuera de casa y con los tiempos marcados. Pero Picassares lo he hecho en casa, en los estudios KMI. Y ha sido una maravilla».