«El Guernica no es un cuadro de repulsa hacia la Guerra Civil española y al bombardeo perpetrado en la localidad vasca. El Guernica es una obra contra todas las guerra y todos los bombardeos». El director de la Casa Natal de Picasso, José María Luna, resumía con estas palabras el alma del famoso mural del genio de la plaza de la Merced, obra fundamental en la historia del arte que cumple ochenta años y que protagoniza la nueva exposición de la institución malagueña.

Justamente hoy, día en el que se celebra el 136 cumpleaños de Picasso -nacido el 25 de octubre de 1881-, la muestra Guernica y otros desastres abre sus puertas como acto central del trigésimo Octubre Picassiano. Una exposición que trata de abrazar el universo creativo que precedió al gran lienzo del artista malagueño y su repercusión en las obras de creadores posteriores. Antes de que el malagueño se encerrase aquel mayo de 1937 en su atelier parisino de la Rue des Grands-Augustins para esbozar las primeras líneas del Guernica, tanto Jacques Callot como Goya ya habían plasmado los estragos de la guerra en distintas obras.

Como antecedentes del Guernica-«aunque no por ello influencia directa, ya que no se puede asegurar que Picasso se inspirase en estas obras, aunque contienen elementos comunes», señaló Luna-, la Casa Natal muestra dieciocho grabados de la serie Miserias y desgracias de la guerra, en los que el Callot plasmó la invasión de su región natal de la Lorena por las tropas francesas durante la Guerra de los Treinta Años, y los ochenta grabados de Los desastres de la guerra con los que Goya reflejó ahorcamientos y descuartizamientos ocurridos en la Guerra de la Independencia.

«Picasso no fue el primero en reflejar la guerra. Desde las pinturas rupestres, las escenas bélicas han sido un tema recurrente en el arte. Pero lo novedoso en Picasso es que no centra su mirada en la épica de las batallas sino en los efectos devastadores para las víctimas inocentes», mantuvo Luna, que afirmó que la estampa Estragos de la guerra, de la serie del pintor zaragozano se considera un precedente directo del Guernica por el caos en el que están colocados los objetos de la composición, así como la mano cortada de uno de los cadáveres y la presencia de un niño muerto con la cabeza invertida. «Se dice que Picasso tenía un museo en la cabeza y que recordaba todo lo que veía».

También el propio malagueño avanzó en su serie Sueño y mentira de Franco y la litografía Minotauro ciego guiado por una niña, perteneciente a la Suite Vollard, ambas presentes en la muestra, algunos de los elementos que después compondrían su gran mural.

Las repercusiones de la obra del malagueño están reflejadas en las piezas del guipuzcoano Jorge Oteiza, con un conjunto de dibujos, esculturas y medallones que aluden no sólo a la obra de Picasso, sino a la ciudad de Guernica. La pieza más llamativa, que reproduce el Guernica a tamaño natural, aunque pintado a rotulador negro en papel, es Guernica-XL, del cántabro Javier Arce. Esta obra, perteneciente a la serie Estrujados, invita a la reflexión «sobre la reproductibilidad de la obra original», según Luna. Tres obras de José Manuel Ballester, que digitalmente elimina a los personajes del Guernica, constituyen otro punto de vista sobre la supervivencia del horror y la vigencia de la mítica obra de Picasso. Para no acabar en negativo, la muestra se cierra con varios ejemplos de las populares palomas de Picasso.

Jornada de puertas abiertas

Con motivo del cumpleaños del genio, la Casa Natal ofrece hoy una jornada de puertas abiertas con entrada gratuita. Los visitantes podrán disfrutar de visitas guiadas por las diferentes salas de la exposición desde las 12.00 y a las 18.00 horas, así como de actuaciones teatrales y musicales.

Además, el Octubre Picassiano también brindará el ciclo de conferencias Guernica, 80 años después. A lo largo de estas semanas, diferentes expertos analizarán el mural picassiano desde un punto de vista histórico, además de artístico.