Imaginen que estamos en el año 1962. Y que por la puerta de las oficinas de Decca aparecen cuatro jóvenes bien peinados para una audición. Se hacen llamar The Beatles. Son buenos, pero el sello lo tiene claro. «Los grupos de guitarras están en pleno declive», les dijeron. El posterior despegue del cuarteto Liverpool dejó en evidencia el poco olfato de la discográfica, que salió a la carrera en busca de su propia gallina de los huevos de oro. Así llegaron los Stones y el interés por confrontar ambos grupos. Los Rolling adoptaron la pose de niños gamberros, deslenguados y desaliñados (su productor, el astuto Andrew Loog Oldham inventó el popular reclamo que decía: «¿Dejarías que tu hija saliera con un Rolling Stones?») en contraposición a los amables y educados Fab Four.

De poco importaba que Lennon y McCartney animasen a Jagger y los suyos a componer sus propios temas e incluso les ofrecieran I Wanna Be Your Man, que a la postre sería el primer single de los Stones. La competencia de estilos estaba servida para siempre.

Con la idea de «desmitificar esa rivalidad», que «solo es cierta en la imaginación de la gente y en los medios de comunicación de la época», se presenta en La Térmica la exposición The Beatles vs The Rolling Stones, una muestra formada por más de 70 instantáneas de los fotógrafos Terry O´Neill y Gered Mankowitz, cuyos objetivos inmortalizaron el nacimiento de ambos mitos de la música.

O´Neill fue el primero en llevar a los Beatles a la portada de un periódico. En enero de 1963, el grupo estaba grabando su primer disco, Please Please Me, en Abbey Road. Durante una pausa, el fotógrafo sacó a los músicos al patio interior de los estudios, los colocó mostrando sus instrumentos y disparó en repetidas ocasiones. La edición del Daily Sketch con John, Paul, George y Ringo en la primera página se agotó en horas. «Fue bastante divertido. Todo era nuevo para ellos y para mí. Por eso las fotos son tan ingenuas», recuerda O´Neill sobre esa sesión que forma parte de la exposición.

Por su parte, Gered Mankowitz fue un eslabón decisivo en creación de esa imagen peligrosa que rezumaba la banda de Jagger y Richards. Suyas son las imágenes de las portadas de los míticos discos December´s Children y Between the Buttons. El fotógrafo asegura que la creciente popularidad que iban adquiriendo las bandas transformaba todo a una velocidad de vértigo. «Todos cambiábamos. El éxito te cambia en todos los sentidos. Ellos pasaron de ser unos estudiantes de arte a estrellas del rock». Esa profesionalización de los grupos también se trasladó a sus fotógrafos, como recuerda Mankowitz: «Con su popularidad yo comencé a ser mejor fotógrafo. Cuanto más éxito tenían ellos, también yo tenía más éxito».

La muestra, comisariada por Cristina Carrillo de Albornoz, se completa otras instantáneas del fotógrafo Baron Wolman; varios documentos, entre ellos una carta en la que Brian Jones explica a una fan cómo dejó de ser el líder del grupo en favor de Mick Jagger, discos originales de la época de los fondos del coleccionista malagueño Antonio Jurado y la proyección de los documentales Eight days a Week y Charlie is my Darling: Ireland 1965.