Dice Victoria Abón que es una gran responsabilidad asumir ahora mismo la presidencia del Ateneo de Málaga, ocupada hasta hace unos días por Diego Rodríguez: «Los suyos han sido ocho años excelentes. Llegó en un momento de crisis del Ateneo, cuando las instituciones empezaron a eliminar ayudas. Pero él lo sacó adelante de una manera magnífica, apoyado por un montón de gente nueva que entramos entonces. Y ha terminado dejando el Ateneo en lo más alto». Por eso, la fotógrafa (y vocal de Fotografía en la última legislatura de Rodríguez) asegura que su candidatura a la presidencia de la institución, la única en presentarse, es «de continuidad» y que se mantendrán «muchas líneas de trabajo» de los dos mandatos del presidente saliente.

Sí resalta Abón uno de los grandes objetivos que tiene sobre el tapete: restaurar el Aula Picasso, el enclave en que el genio recibió sus primeras clases de pintura y donde fue docente su padre. No es una ambición nueva (en 2016, por ejemplo, se formó una comisión mixta entre el Ateneo y la Universidad de Málaga para aportar ideas para la restauración), pero se busca su priorización. «No depende de nosotros, sino de los propietarios del edificio [la Junta de Andalucía]», matiza la nueva presidenta del Ateneo .

Otros objetivos fundamentales del mandato de Victoria Abón y su equipo (el 90% es el de la última legislatura de Diego Rodríguez) serán «consolidar la marca Ateneo, buscar más patrocinios y socios, atraer a los jóvenes, como público y como colaboradores, y ser semillero para la creación cultural de la gente de Málaga y los instalados aquí».

Abón es la primera mujer en presidir el Ateneo de Málaga en sus 51 años de existencia (sólo otra mujer, Tecla Lumbreras, hoy vicerrectora de Cultura de la Universidad de Málaga, aspiró a serlo, pero cayó derrotada por Diego Rodríguez en las elecciones): «Es importante, obviamente, pero por otro lado sería una pena que sólo se hablase de eso», asegura la fotógrafa.