El año 2017 ha traído algunas noticias positivas al mundo de lo jondo en Málaga y también otras desagradables que, pese a ello, merecen ser recordadas a modo de balance. La ciudad y provincia continúan con un escaso apoyo institucional en esta materia ya que la celebración de una Bienal de Málaga, cada vez más venida a menos, bloquea otros proyectos en la capital y aporta el argumento utilísimo a los políticos de que ya existe una programación de flamenco en la provincia. El fuerte tirón turístico acrecienta, por otra parte, y por cuenta de la iniciativa privada, la tímida aparición de lugares, salas, con flamenco de forma periódica.

1) La década prodigiosa (1860 a 1869) El Big Bang de lo flamenco. Archidona se convirtió este verano, gracias al Ayuntamiento y a la Universidad de Málaga en epicentro de la flamencología. Aunque pudiera sonar a evento habitual en este mundillo, en este caso hubo de manera inédita e inaudita la mayor concentración de escritores e investigadores de lo jondo, de calidad y en cantidad (casi una treintena) que se haya dado nunca en las últimas décadas. Y con un objetivo claro, poner luz y taquígrafos al nacimiento oficial del flamenco en los papeles. Al calor de la Biblioteca Flamenca de Archidona que capitanea José Luis Ortiz Nuevo se puso la primera piedra de un evento que pretende alumbrar el flamenco de una forma científica y alejada de una vez por todas de leyendas sin base empírica alguna. En 2018 se espera su reedición.

2) La bailaora malagueña Rocío Molina se llevó dos premios Max (un tercero, su iluminador) por Mejor Intérprete Femenina y Mejor Coreografía por Caída del cielo, uno de los espectáculos mejor criticados del 2017 y que fue programado para este 11 de enero en el Teatro Cervantes de la capital. La bailaora que, inexplicablemente no es programada en la Bienal de Arte Flamenco de Málaga desde hace varias ediciones, se convirtió con esos Max en la gran triunfadora de la gala de premios y en una de las más reclamadas por teatros de todo el mundo. También firmó un colaboración internacional con la lujosa marca de moda Hermès.

3) La incontestable progresión en la demanda de actuaciones de Susana Lupiañez La Lupi la convierte en una de las protagonistas del pasado año en lo que a flamenco se refiere. La malagueña presentó como espectáculo inaugural de la Bienal de Arte Flamenco de Málaga su tributo a La Paula, un éxito sonado que ha servido para que este mismo espectáculo se pueda ver en breve en el Festival de Flamenco de Jerez, el 25 de febrero en el Teatro Villamarta.

4) El hecho más desagradable del año fue la muerte del cantaor flamenco y humorista Chiquito de la Calzada, al que toda España lloró y del que se recordaron sus inicios y gran parte de su carrera profesional como cantaor de atrás y palmero. El mundo de lo jondo le debe un gran homenaje no sólo ya a nivel local sino nacional. Su desaparición sirvió para recordar la extraordinaria cantera de artistas que fue el tablao de El Jaleo en Torremolinos, donde éste pasó gran parte de su vida artística.

Foto: Daniel Pérez (Teatro Cervantes)

5) El Festival de las Minas de La Unión sigue siendo un referente mediático del arte flamenco, si bien su formato como concurso parece más una reminiscencia del pasado y una desafortunada manera de medir el arte según unos cánones discutidos. Este año el ganador de La Lámpara Minera fue otro malagueño, Alfredo Tejada, que se reclama poco por estos lares. Ganó con la guitarra compañera de Chaparro de Málaga, que ahora lo acompaña por los mil bolos que suelen surgir tras este éxito. Vino a ocupar el trono de Antonia Contreras, la cantaora de Álora que ya conquistó esta cita en 2016.

6) La misma cantaora Antonia Contreras sacó un disco en abril titulado La voz vivida que cosechó muy buenas críticas y que ha presentado en diferentes salas del país. Su compañero habitual a la guitarra, Juan Ramón Caro, le aporta un salto de calidad notable a sus nuevas propuestas y ambos dos han formado un dúo que ya está en las principales programaciones flamencas del mundo y teatros del país. En el capítulo de novedades discográficas también han destacado este año el disco de la cantaora Ana Fargas, Azulana que presentó en el Auditorio Felipe VI el 15 de junio su debut en este formato junto al genial guitarrista esteponero Paco Javier Jimeno. En un punto más marginal de la edición pero no menos brillante e interesante figura Cantes del siglo de Oro del cantaor de Manilva Andrés Lozano (UNIA) que aunque publicado a finales de 2016 ha tenido actuaciones en este 2017 pasado con esta sobresaliente propuesta.

7) En cuanto a espectáculos; Picassares, del guitarrista Daniel Casares, ha tenido su espacio en el Museo Picasso de Málaga en varias ocasiones con esta ingeniosa propuesta. Todas se contaron por éxito. La noticia positiva es doble, porque Casares sigue rodando con este disco que presentó en 2015 y que le sigue dando muchas alegrías si bien no deja de sorprender con otros planteamientos. Llamó la atención en el festival anual para programadores que la SGAE realiza en el Museo Picasso y ha protagonizado varios encierros de entidad con la Orquesta Filarmónica de Málaga versionando el Concierto de Aranjuez. No para.

8) Flamenco Eñe de la SGAE volvió a celebrarse en el Auditorio del Museo Picasso que se convierte así en un espacio abierto sin complejos al flamenco de pequeño formato (no en vano es la música que mayoritariamente escucharía Picasso cuando vivía en la Málaga de los cafés cantantes). De todas las propuestas presentadas a programadores sobresalieron la de Angelita Montoya, Jairo León, Mixto-Lobo, Guadiana o Raúl Rodríguez.

9) De la nueva edición de la Bienal de Arte Flamenco de Málaga cabe destacar el espectáculo con el que cerró su errática programación y que simbolizaba un homenaje melómano a Antonio Mairena, con Mairena Sinfónico. En él participaron en el Teatro Cervantes; José Valencia, Jesús Méndez y Farruquito.

10) En la capital de España se abre al público de manera insólita el Teatro Flamenco Madrid en el que figura como una de las artistas principales y promotora la bailaora malagueña Úrsula Moreno, que junto a Antonio Andrade comandan esta iniciativa en el espacio anteriormente conocido por Teatro Alfil de la calle del Pez. Se anuncia como el primer teatro en exclusiva de flamenco en España. En la misma capital del país se consolida durante 2017 la Sala García Lorca en Casa Patas que programa el malagueño Antonio Benamargo y es ya un templo del cante flamenco sin artificios.

Bonus track: La televisión y un concurso de talentos como La Voz de Telecinco ha servido para descubrir a muchos malagueños el talento flamenquísimo de La Genara, una grandísima cantaora de trayectoria ya conocida y consolidada en este género.

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