Todo el mundo habla de él como si fuera el nuevo gurú de la moda española, aunque no es modisto ni lo pretende. «Nunca he estudiado moda», confiesa. Las revistas le dedican amplios reportajes y sus creaciones han causado sensación en los pasados Premios Feroz y la última gala de Operación Triunfo. El joven creador malagueño Ernesto Artillo está en boca de todos gracias a su proyecto La mujer que llevo fuera, que ha dado en el centro de la diana aunando sensibilidad social y revolucionarias tendencias estéticas a través de unos trajes de chaqueta sobre los que siluetea los atributos físicos de la mujer.

«En este proyecto trabajo con símbolos. El traje de chaqueta masculino, como símbolo del patriarcado, y los bocetos que pinto encima con los atributos femeninos, como símbolo de la mujer. Como queriendo decir que el machismo se interviene directamente, no se negocia», sostiene. Estos trajes aparecieron por primera vez el pasado diciembre en un reportaje de la revista S Moda de El País en el que Grande-Marlaska, Carmen Calvo, Benjamín Prado, Eva Hache, Boris Izaguirre, Alejandro Amenábar, Alba Flores, Manuela Vellés y Jorge Drexler, entre otras personalidades, reivindicaban el feminismo. «En el momento en el que se lo probó para la sesión de fotos me dijo que quería ponérselo para los Feroz», recuerda Artillo. A ella se le sumaron otros actores y actrices, como Bárbara Santacruz, Jorge Suquet, Brays Efe y Gema Galán, y todos ellos aparecieron en la alfombra roja de los galardones de la Asociación de Informadores Cinematográficos luciendo sus creaciones. «Lo bonito del proyecto es que no es mío. Es participativo y, por tanto, pertenece a todas las personas que sienten la necesidad de reivindicar la igualdad».

Una reivindicación que días después hizo suya Alfred en la gala especial de OT en la que se eligió la canción que representará a España en Eurovisión. El joven cantante subió al escenario con un traje del malagueño y se declaró feminista. Desde ese momento, todo el mundo habla de los trajes de Artillo, que sostiene que la idea de La mujer que llevo fuera nació de una forma «muy espontánea». «Hay una carencia de feministas reconocidos y pensé que esto era consecuencia de que no se había entendido bien el concepto de feminismo, que se estaba intentando convertirlo en antagonismo al machismo. Cuando no tiene nada que ver con eso, ya que el feminismo lo que pretende es alcanzar el principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre».

Avanza que durante la ceremonia de los Goya «se volverán a ver» sus creaciones, «no en actores sino en gente con otras responsabilidades», y no pierde la esperanza de que Alfred vista su traje en la final de Lisboa. Lo que sí tiene muy claro es que estos trajes no se van a comercializar. «Los que hay se venderán en una subasta. Cada uno llevará una ficha con el nombre de todas las personas que lo han llevado y todo lo que se recaude irá destinado a asociaciones de mujeres».

A sus treinta años, este joven del Limonar, licenciado en Publicidad y Relaciones Públicas por la UMA, ya ha realizado la imagen de campañas de firmas como Dolce&Gabbana, Adolfo Domínguez, Oysho, Mango o Pepe Jeans. Hace ocho años que se marchó a trabajar a Madrid y desde entonces no ha parado. «Mi realidad profesional es hacer desde una campaña de moda a una escenografía de teatro, una exposición o un collage», sostiene. Confiesa que La mujer que llevo fuera es «de los primeros proyectos que tienen que ver directamente con la creación de ropa». Antes sólo había realizado el vestuario para tres montajes escénicos. Su futuro, asegura, no pasa por crear una colección para Cibeles. «No me veo creando una marca para vender moda. Esto no es moda, es un proyecto artístico». Las marcas ahora se lo rifan, pero insiste en que no quiere relacionar sus «ideales sociales o políticos con un fin capitalista». El mundo necesita más creadores como él.