Amado y odiado a partes iguales, lo cierto es que Yung Beef, al menos, ha desatascado un tanto el panorama de la rima en español, convirtiéndose gracias a su carisma y, por qué no decirlo, sus ganas de dar por saco, en un icono con cada vez más adoradores. De hecho, estos tendrán la oportunidad de disfrutar de su música el sábado en la Sala Trinchera de Málaga, en una fiesta-concierto que comenzará a las 00.00 horas.

Empezó a hacerse popular como componente de los extintos PXXR GVNG (hoy Los Santos), que fue el primer colectivo del trap que firmó con una multinacional (Sony). Pero él ha comprado su libertad y ahora lidera su propia discográfica, La Vendición, y trabaja a su ritmo. Acaba de editar el cuarto volumen de A.D.R.O.M.I.C.F.M.S., la mixtape que le vuelve a unir al gran ideólogo del trap, Steve MacLean.

Además, no deja de participar en desfiles internacionales. Sí, este joven de 27 años que pasó bastantes de ellos vagando y drogándose por el Albaicín, ahora se codea con tops de todo el mundo. El granadino ha desfilado para Diesel en la colección que la multinacional ha realizado junto a Shayne Olivier, el responsable de Hood By Air. Con anterioridad ha trabajado para Maria Ke Fisherman y Pigalle y coprotagonizó en 2016 la viral campaña de Calvin Klein junto a, atención, Frank Ocean o Bella Hadid.

Las marcas se lo pelean, también las de bebidas espirituosas. Hace unas semanas se lió en las redes sociales por una fiesta de la whiskera J&B en la que actuó Yung Beef. Y es que a bastantes, a muchos, las letras del joven (en su DNI, Fernando Gálvez) no les emocionan precisamente. Ejemplos: «La pierde la boca hasta que la cojo y le doy dos tortas», «le doy sustos que casi llora», «todas las zorras que hanguean con nosotros acaban mal» o «me dice papi stop, pero yo quiero darla». El granadino, en cambio, lo tiene claro: «Yo no hago música para concienciar a nadie. En privado, con alguien a quien quiera de verdad, sí vigilaré mi discurso y le aconsejaré bien. Pero en una canción no», aseguró en una reciente entrevista en El Mundo.

Sus preocupaciones son otras; principalmente, mantenerse genuino y sin venderse a nadie. «Mi problema es con los que se venden al sistema y a las marcas. El trap es la música más fuerte en España ahora, llega a mucha gente y da dinero, pero no voy a ser la marioneta de nadie. Mis ataques son contra la tontería de la fama y el dinero. Algunos están poniendo el culo y vendiéndose por cuatro perras», declaró en la citada entrevista.

¿Cómo es un concierto de Yung Beef? Muy singular: suele pasar del escenario y prefiere bajar a mezclarse con el público. ¿Por qué? «Porque me considero la misma mierda que ellos. Es música de calle y no es una experiencia segura, como la del público pijo. No soy un artista intocable en un escenario, me bajo con la gente».

Lo cierto es que a Yung Beef le va bien. «Me gano el dinero con la música, pero para nuestro rollo no hay industria, la estamos creando ahora, evitando que la controlen las marcas y los sellos grandes. De momento va bien, tengo para comer, para fumar mis porros y alimentar a mi familia, gracias a Dios». Con eso le basta.