Después de una trayectoria que había pasado bastante desapercibida, una exposición colectiva en Washington en 2010 concitó el interés del mundo del arte hacia la obra de la británica Rose Wylie (1934), cuyas reflexiones plasmadas con trazos propios de un niño se muestran desde hoy en Málaga.

"Esta torpeza voluntaria, de la que ella se siente orgullosa, es una torpeza pretendida y al mismo tiempo surge de forma natural, como haría un niño", ha afirmado hoy en la presentación Fernando Francés, director del Centro de Arte Contemporáneo (CAC) de Málaga y comisario de la exposición.

"Hullo, hullo...", primera muestra de Wylie en un museo español, permanecerá instalada en el CAC Málaga hasta el 9 de septiembre y cuenta con veintinueve obras creadas desde 1992 hasta la actualidad.

Wylie había estudiado Bellas Artes y siempre quiso dedicarse a la actividad artística, aunque la abandonó para centrarse en sus tres hijos.

Casi veinte años después volvió a pintar y lo hizo "en un espacio que no se correspondía con la pintura británica ni con la europea, y hoy sigue sin hacer una pintura al uso", ha resaltado Francés.

Su participación en la muestra colectiva "La mirada de las mujeres" en el National Museum of Women in the Arts de Washington (EEUU), cuando ya tenía 76 años, fue una sorpresa en el mundo artístico y permitió que su obra empezara a ser observada con atención y llegaran los premios y las exposiciones.

"Aunque ella no reconoce este valor, por pintar de esta manera con 84 años, no es frecuente que artistas por encima de su momento de madurez a los 50 ó 60 años sean capaces de renovarse y, cuando con más de 80 se es capaz de hacer cosas novedosas en el arte, hablamos de un genio", según el comisario.

Wylie reflexiona sobre lo que ocurre en su entorno próximo, sobre las películas que ha visto, el paisaje a través de la ventana de su estudio, la familia, el hogar, el barrio o la ciudad donde vive, y por ejemplo en esta exposición se puede ver piezas inspiradas en el largometraje "Julieta", de Pedro Almodóvar.

"Todas esas imágenes las retiene en su cerebro y, cuando plantea un tema, lo suelta de una forma brutal, con desgarro", ha señalado Francés.

Se trata por tanto de una artista "en contra de las corrientes establecidas" y que "no pinta de forma elegante, sino de forma torpe voluntariamente, por lo que es lo opuesto al manierismo", y "su obra y su actitud la colocan entre las grandes artistas mundiales, aunque el reconocimiento haya sido tardío", ha añadido el comisario.