Joana Biarnés [Terrassa, 1935] cuenta, entre otros títulos, el haber sido la primera fotoreportera de España. En los primeros años sesenta, cuando la prensa gráfica española comienza a disfrutar un cierto reconocimiento, y tanto los periódicos como las revistas suponen un excelente mirador, Joana Biarnés inicia su trayectoria profesional que se prolongará a lo largo de más de treinta años. Siguiendo los pasos de su padre, fotógrafo de deportes, se inicia en una profesión, la de fotógrafa de prensa, ejercida en exclusiva por los hombres. En más de una ocasión ha recordado las tribulaciones a la hora de realizar un trabajo en un mundo donde la mirada masculina era exclusiva y hegemónica. Contratada por el periodista Emilio Romero, director del diario Pueblo, un periódico vespertino de la capital de España, la primeriza y, a la vez, pionera fotoreportera comienza a curtirse en diferentes frentes. El periódico cuenta entre su nómina profesional con nombres como Jesús Hermida, Juan Luis Cebrián o Jesús de la Serna, en la redacción, y fotógrafos como César Lucas y Raúl Cancio; unos y otros señalarán el mapa informativo de las próximas décadas.

En el diario Pueblo Biarnés es protagonista de unos años efervescentes para la información, siendo testigo en primera fila de los principales acontecimientos que suceden en el país, desde la información señalada por la tragedia o la actualidad política a las páginas más rosas y edulcoradas. Parte de este trabajo que la fotógrafa desarrolla en esos años, primero en el diario Pueblo, y después en el periódico ABC, han quedado reunidas en el libro Joana Biarnés. Disparando con el corazón (Blume). Como recuerda en uno de los textos del libro el fotógrafo Chema Conesa «son los años vertiginosos de una generación de periodistas que competían en ingenio para encontrar historias con aspiración de portada». «Aquí entra Juanita, decidida a dar la talla, convertida en incipiente paparazzi, dispuesta a arriesgar con tal de conseguir “la foto”, esa sola instantánea que recogiese la esencia de toda historia gráfica, la enseñanza que su padre le grabó profundamente durante los años de aprendizaje del oficio».

En una España que se debate entre el peso de una todavía significativa población de origen rural y una sociedad urbana en vías de modernización, las fotografías de Biarnés revelan esas dos Españas en contraste, un blanco y negro documental para un país en el que el turismo y la televisión ejercen de motor acelerador. Su cámara es también testigo de cargo de ese otro mundo de glamur y una dolce vita a la española, que a pesar de los ojos atentos de la censura, reúne a toreros y folklóricas, a estrellas de Hollywood y los nuevos mitos de los españoles. Es la España que convierte en leyenda la aparición de Massiel en el Festival de Eurovisión con un vestido de Courrèges y los éxitos de Raphael al otro lado del llamado Telón de acero. El país que saluda alegremente la irrupción de la minifalda por las calles de Madrid y sigue con curiosidad la llegada de la viuda del Presidente John F. Kennedy a la Feria de Abril de Sevilla. Entre sus trabajos que han pasado a la historia del periodismo español se encuentra su reportaje con los Beatles con motivo de sus conciertos en las plazas de toros de Madrid y Barcelona en 1965. La cámara de Biarnés relata en exclusiva la estancia de los Beatles en España. Escribe Chema Conesa que «la obra de Juana Biarnés dibuja un mundo querido, destila aromas de añoranza bien intencionada de tiempos pretéritos, inocentes y confiados». Ahora, más de medio siglo después, se nos revelan como la memoria gráfica de un tiempo que señaló ese redescubierto gozo de vivir de una sociedad que dejaba atrás los años tristes y oscuros.