No hay muchos malagueños que puedan presumir de haber actuado no una sino dos veces en Sònar, el sancta santorum de la música electrónica en Europa; tampoco muchos talentos locales tienen en su currículum que la web más importante en esto del techno y el dance, Resident Advisor, avance en exclusiva el primer single de su nuevo álbum. Bien, pues BSN Posse lo pueden hacer. Acaban de lanzar su segundo disco largo, Take me Back to The South, que ellos definen como un canto de agradecimiento a la cultura footwork, la ciudad de Chicago y a todos los músicos que la han puesto en el mapa electrónico internacional. El disco gira alrededor del footwork y sus clásicos 160bpm, pero incorpora también toques de jungle, drum & bass, soul y funk. Son en total ocho temas más un bonus track, disponible solo en la edición digital, en el que samplean la voz del fallecido Dj Rashad, figura fundamental del género, durante una conferencia que dio para la RBMA que tuvo lugar en Madrid en 2011.

Los malagueños Sergio Ruiz (aka Stay Puft) y Enrique Gervilla (aka Broken Lip), o sea BSN Posse, son los grandes representantes del footwork en nuestro país. ¿Que qué es eso? Pues música de baile nacida en los guetos de Chicago, sudorosa pero sofisticada, entre el dubstep menos misterioso y el garage más futurista y menos housero. Hablamos, por tanto, de un sonido no demasiado habitual en nuestra piel de toro, pero que a la pareja les ha servido para patearse un buen puñado de clubes. Y no les va nada mal: la gran cita con la electrónica de nuestro país, el Sònar, les descubrió para muchos en 2014, seleccionándoles cuando entonces eran, prácticamente, unos desconocidos. Y ellos ofrecieron, en palabras de los responsables del festival, «un pase alucinante». Tres años después les volvieron a fichar, avalando el trabajo bien hecho y del futuro ganado a pulso.

BSN Posse ficharon por el sello británico Slime Recordings (también han trabajado con imprints estadounidenses como Hot N' Heavy) y lanzaron en 2015, al fin, su primer álbum, Forever, diecisiete rodajas de una electrónica mutante y caleidoscópica, pero siempre nocturna y sexy, con colaboraciones de talentos nacionales e internacionales. El año siguiente publicaron un epé, #UOAI, seis temas que mostraron su faceta más sentimental y poliédrica. También tienen un sello propio, Iberian Juke, desde el que comisarian mixtapes que para gastar las suelas de las zatapatillas. En 2017, la temporada pasada, publicaron un epé que casi podría considerarse un largo, Drifting, con el label londinense Modern Ruin. Súmenle a todo esto un sinfín de colaboraciones, remixes y productos varios y concluirán que lo de estos malagueños es estajanovismo puro.

«No nos gustan las etiquetas. Hacemos música electrónica en la que mezclamos de todo. Nuestro estilo se puede reconocer por las atmósferas que creamos y suelen transmitir buen rollo», detalla Ruiz. «No hay pasajes oscuros. Nuestra música suena al lugar de donde somos: a Málaga, a buen tiempo, a playa y mucho sol», abundan.

Un sonido absolutamente internacional: «Puede que hace veinte años resultara impensable que dos chavales de Málaga pudieran sacar un disco en un sello norteamericano, pero hoy día con internet el mundo se ha estrechado», relata Stay Puft. «Y el camino es mucho más sencillo de lo que se pueda pensar. A través de nuestro Sound Cloud -plataforma en la que se pueden publicar canciones- fuimos conectado con las distintas discográficas».

Lo cierto es que la pareja lleva ya bastante metida en estos líos de la música. Ya habían iniciado su trabajo conjunto en Back Street Noise, nombre con el que hacía una pequeña burla, «una coña», a los populares Backstreet Boys: «Entonces hacíamos música muy loca, mezclando cosas antiguas con otras modernas y para nada pensada para el público. Estuvimos un tiempo así, pasándolo muy bien, pero nos dimos cuenta que nos faltaba esa seña de identidad con la que se nos reconociera. Y entonces decidimos centrarnos y trazar el camino que nos ha traído hasta aquí», recordó Ruiz a este periódico en una entrevista. Un camino que, sin duda, parece no tener un destino determinado más que el marcado por horizontes luminosos.