Caballero Bonald sostiene que «la literatura sin humor es un sermón». Y no le falta razón, aunque la sentencia también podría aplicarse a la música, la pintura, la política o la vida misma. Bajo esta premisa, la revista Litoral ha elaborado su nuevo número, dedicado al imparable poder de la risa a través de textos repletos de ironía, sátira e ingenio de una extensa nómina de creadores, que va desde Cervantes a Charles Chaplin, pasando por Oscar Wilde, Nietzsche, Picasso, Azcona, Alberti o Ramón Gómez de la Serna. Incluso el mítico guitarrista Jimi Hendrix -en cuyo epitafio reza: «Nos veremos en la próxima vida, nena. No tardes»- forma parte del contenido de este volumen coordinado entre por Lorenzo Saval y Antonio Lafarque.

Se trata, según explica el propio Saval, de «un homenaje a todos esos seres fascinantes que han sido capaces de hacernos flexionar los diecisiete músculos de la cara y reflexionar sobre la vida». El volumen, titulado Humor, cuenta numerosas colaboraciones, entre las que destacan la del escritor gaditano Benítez Reyes, que recalca que el humor «no sólo sirve para hacer reír, sino que también resulta indispensable para interpretar la condición humana»; el dibujante Ángel Idígoras, los cómicos Pepe Viyuela y Paco Mir (miembro fundador del Tricicle), los poetas Luis Alberto de Cuenca, María Navarro y Javier Salvago; el crítico de cine Carlos F. Heredero; el periodistas Juan José Téllez y Guillermo Busutil o el experto en humor Juan García Cerrada.

En las primeras páginas del nuevo número, Carlos García Gual se ocupa de la literatura griega y romana, mientras que la investigadora Jannine Montauban aborda la picaresca, género que tiene en El Lazarillo de Tormes su principal representante. El escritor Enrique Gallud Jardiel se acerca a la facción cómica de la Generación del 27, de la que formó parte su abuelo Enrique Jardiel Poncela, y el poeta y catedrático Antonio Jiménez Millán se adentra en el humor surrealista.

Por su parte, Alfredo Taján acude al humor negro, donde destaca algunos hilarantes epitafios de personalidades como el Marqués de Sade («Si no viví más es porque no me dio tiempo»); Unamuno («Solo le pido a Dios que tenga piedad con el alma de este ateo»); Dorothy Parker («Disculpen el polvo»); Miguel Mihura («Ya decía yo que ese médico no valía mucho»), o el escrito por el escritor y cineasta francés Jean Eustache en la puerta de la habitación donde se pegó un tiro en 1981 («Llame fuerte, como para despertar a un muerto»).

Entre los contenidos más desternillantes también cabe destacar una selección de palíndromos firmados por Borges («Sapos, oid, el rey ayer le dio sopa) o Cortázar («Adán y raza; azar y nada), así como un diccionario del humor realizado por José Luis Coll en el que el lector encontrará términos como «demogracia» (humor del pueblo), «grecioso» (humorista de Grecia) o «Gohete» (famoso escritor alemán con un tubo de cartón lleno de pólvora que, unido a una varilla ligera, se eleva en el aire al darle fuego).

Las páginas de Humor también recoge el artículo que Arturo Pérez Reverte le dedicó a Chiquito de la Calzada en 1994 y el experto en humor gráfico Luis Conde Martín recorre 150 años de revistas satíricas españolas, una sección que se completa con una galería artística en la que el humor gráfico se alterna con las creaciones de creadores como Velázquez, Picasso, Paul Klee, Dalí, Equipo Crónica, Joan Brossa, Eric Fischl o Eduardo Arroyo.

«Humoral» rima con «Litoral»

Una de las novedades de este número es el suplemento de humor líquido Humoral, coordinado por el periodista Cristóbal González Montilla, una pequeña revista que ofrece un sugerente contenedor con viñetas y variadas muestras de humor gráfico a lo largo de la historia, desde Castelao, Bagaria, Tono, Mihura, Gila, Chumy Chúmez y Summers hasta Máximo, Forges, Mena, Ramón, Vázquez de Sola, Serafín, Perich, Cesc, Olmo, Elgar o Gallego&Rey, entre otros muchos. Destaca en este apartado la viñeta-autorretrato que Mingote envió a la redacción de Litoral en los años setenta para dar por renovada su suscripción.

Litoral siempre ofrece un interesante viaje. Esta vez, repleto de carcajadas.