El videojugador y youtuber de moda es de Málaga aunque reside en A Coruña. Bueno, residía: Lolito Fernández ha anunciado que se muda a Andorra «para pagar menos impuestos».

Pero, ¿quién es Lolito? En marzo de este año su partida de Fortnite en el torneo organizado por El Rubius concentró a 437.000 espectadores simultáneos, cifra sólo superada en el mundo por la partida de Ninja y el rapero y actor Drake. Tiene 3 millones de seguidores en YouTube. Cifras mayores, desde luego. En uno de sus últimos vídeos anunció que se muda a Andorra. «No me voy a Andorra a evadir impuestos. Es completamente falso. En Andorra se pagan impuestos, pero no te sablean como aquí en España», sentencia el malagueño.

El monólogo sigue así: «Comprendo que me vengan y me digan: Has nacido en España, tienes que pagar impuestos en España, es para pagar las escuelas... Y un cipote. Bajo mi humilde opinión, perdonadme que lo diga. A mí España me ha dado muy poco. Y me dirán: Sí, te ha dado tu salud, tu instituto... Yo no he ido al instituto prácticamente, he sido un desgraciado casi toda mi vida. Estoy orgulloso de ser español, por la gente, y lo digo entre muchas comillas, porque el gobierno español es una puta basura. Me voy a Andorra porque aquí en España se paga hasta un 50% de impuestos, o por lo menos eso me han dicho». Recordemos que en uno de sus vídeos Fernández aseguró que en un año puede ganar «como mínimo 300.000 euros». «Sí, ahora mismo soy millonario», sentenció el malagueño.

Ahora tiene fama y fortuna pero durante muchos años, Lolito estuvo realmente fuera de combate: «Estuve 4 ó 5 años muy enganchado a la marihuana. Estaba siempre fumado y sólo pensaba en fumar, fumar y fumar. Estaba en tal depresión que lo veía todo negro. Gracias a Dios, un día cambié el chip y para dejar de fumar empecé a buscar un refugio; para algunas personas es el deporte o la lectura, yo lo encontré en los videojuegos. Empecé a viciarme mucho a los videojuegos. Me tiraba todo el día jugando para olvidarme de fumar». Y ahí empezó a amasar sus espectaculares cifras de seguidores que se han traducido en unas saneadísimas cuentas corrientes de, a partir de ahora, algún banco andorrano.