El periodista y escritor Lucas Martín presentó ayer en la librería Luces, su nuevo libro, Atrapados en Nunca Jamás, un ensayo que reflexiona sobre las costuras de la nostalgia de la infancia con especial atención a cómo los jóvenes atropellados por la crisis se aferran al recuerdo de su niñez, como abrigo paralizante en ocasiones, frente a la precariedad del presente y el incierto porvenir que sobre ellos se cierne. El libro forma parte de La Caja de la Nostalgia, un cofre con tres libros en su interior que publica la nueva editorial La Caja Books.

Atrapados en Nunca Jamás es una reflexión generacional sobre cómo el recuerdo de la infancia se ha convertido en un abrigo indispensable para los niños perdidos que la crisis ha arrollado. «La infancia es la gran fábrica de nostalgia», escribe el autor, «El Rosebud al que regresar. Pero para la generación que la crisis ha dejado en la cuneta, los nacidos en los ochenta y los noventa, la nostalgia de la infancia se ha convertido en un refugio trampa: una madriguera confortable de la parálisis, del pensamiento hacia atrás, de la melancolía».

El autor reflexiona sobre el imperio del peterpanismo en su generación y examina los mecanismos de funcionamiento de la nostalgia: su relación con la literatura y la revolución digital, con el urbanismo, con el amor y con el eje central de este libro: la necesidad de volver a la infancia. «La nostalgia, vieja sonda. Goteo cruel, atolondrado, vagamente rítmico, irrefrenable. El placer de amasar nostalgia nos llevará a la tumba», advierte Martín.

Lucas Martín (Úbeda, 1981) es autor de los libros de poesía Anotaciones a la gran ópera del pequeño Alprazolam 0.5 y Cronopeas. En 2016 publicó Cuaderno intervenido, un thriller poético tramado en doce cantos. Ha trabajado como periodista, articulista y crítico literario en diversos medios de comunicación. Durante su etapa en La Opinión de Málaga, ganó el Premio Andalucía de Periodismo por su sección Historias de la Costa.