Dirija la mirada 20 años atrás en Loja, Noni. ¿Qué ve?

Veo mucho amateurismo, esa inocencia... Veo que todo ha ido cambiando, pero pensando en la evolución que ha tenido el grupo, creo que las cosas buenas y malas de estos 20 años son las que han hecho que estemos donde estamos. Así que, a la típica pregunta de «¿Volverías a hacer lo mismo?», yo respondería que sí.

Eran unos niños, unos imberbes cuando empezó Lori Meyers...

Paco, que es el padre de Alejandro [Méndez, voz y guitarra], venía siempre con nosotros en la furgoneta, porque ninguno éramos mayores de edad para tener carnet de conducir. Empezamos bastante pequeños, y hacíamos cosillas por la zona de nuestro pueblo, pedanías? Esos fueron los comienzos del grupo. Luego ya creo que fuimos más importantes cuando nos mudamos todos a Granada, de estudiantes; allí empezó a cambiar un poco todo.

¿Ha sido siempre divertido durante todos estos años?

Sí, ha sido divertido, pero es cierto que, conforme hemos ido creciendo y el público del grupo ha ido aumentando, también ha crecido la responsabilidad. Pero yo creo que en el equilibrio está todo: debes saber manejar esa responsabilidad y, al mismo tiempo, divertirte, que creo que es lo más importante.

¿Lo bueno de la carrera de un artista es que dure?

Como decía el de Blade Runner, si una estrella brilla con el doble de intensidad se apaga antes. Da igual. Lori Meyers siempre hemos intentado hacer una carrera pasito a pasito, pero porque pensábamos que tampoco íbamos a llegar muy lejos, y decíamos de ir haciendo las cosas como nosotros realmente sabíamos que podíamos hacerlas. Pero luego puedo ser un gran fan, o me puedo emocionar, con un artista que solo haya tenido dos discos, o uno, como Jeff Buckley. Lo importante es que dejes tu huella, que dejes tu impronta en lo que hagas. Si haces diez discos, pero cinco son muy malos... [Risas]

¿Cómo ha afectado el paso de los años a la banda? ¿En qué ha mejorado Lori Meyers?

Yo creo que hemos mejorado con las guitarras, porque recuerdo que cuando empecé sabía hacer el re, el mi y poco más [Risas]. Creo que hemos aprendido a tocar; las tablas y la experiencia te ayudan a ser muy serios en el escenario, a tener un espectáculo muy razonable. Pero también falta ese toque amateur que teníamos justo al principio, que es imposible recuperar porque era tu infancia, tu inocencia?, pero se compensa. Yo creo que la música está para investigar. Nosotros siempre lo hemos dicho: Ya hicimos Luciérnagas y mariposas, ya hemos hecho canciones como Dilema o Emborracharme; no vamos a repetir esa fórmula. Nuestra tónica es ir un pelín más allá.

¿Se han sentido últimamente portavoces de un descontento general? Lo digo por algunas letras recientes...

Yo creo que en las canciones la letra y la música tienen que definir el momento en el que vives, en el que estás. No sentiríamos esa sensación de los sesenta o los setenta en determinados grupos si no fuera por las canciones que se hicieron en aquellas décadas. Ahora estamos viviendo una época convulsa, muy complicada..., y si hay un momento de descontento, está bien reflejarlo en las canciones para que luego, cuando las vuelvas a escuchar años más tarde, te acuerdes de ese tiempo y digas: «Sí, realmente nosotros pensábamos así».

En su último trabajo en estudio, La espiral, aunque hay gente que dice que es muy oscuro, hay mensajes muy positivos, como «Siempre brilla el sol». ¿Es el momento que vive la banda también en la actualidad?

Sí, no puede ser todo negativo. Para la gente positiva, o creativa, es para quien nosotros hacemos canciones. Realmente no puede ser todo tan negativo, siempre hay que tener una creencia, algo, pensar que existen personas guays en este mundo, que las cosas no pueden ir solo a peor, sino que en algún momento las nuevas generaciones cambiarán la forma de entender el mundo.

¿Cómo se ha planteado este disco, que conmemora el veinte aniversario de la banda? Va a titularse 20 años, 21 canciones, y recoge temas inéditos, versiones, maquetas?

Sobre todo, yo creo que lo importante está en el interior, literalmente. Es una recopilación de canciones no al uso -no están todos los hits, todos los singles-, y lo más interesante es el contenido que va a haber en el libreto, textos que ha escrito gente para nosotros, algunos muy emocionantes... Hay gente que conoce todo el mundo, a otros no los conoce tanta gente..., pero todos han pasado por nuestra vida. También va a haber muchas fotos de la primera época y material de audio: teníamos muchas maquetas que cuando las miras son súper bonitas, porque las hacíamos en casa, sin producción, sin excesivos arreglos, y guardan la inocencia de la canción. Y luego también hay alguna inédita que teníamos por ahí, porque a veces no entran todas las canciones en los discos, y es una tontería guardarlas. Creo que las canciones están para que las escuche la gente, aunque se escuchen mal porque había un mal técnico de grabación en esa época, pero es importante que el disco tenga material nuevo.