Es la undécima despedida a un festival que es, desde hace tiempo, un habitante más de este pueblo. El Festival Ojeando volvió a llenar de alegría y fiesta el municipio de Ojén. 15.000 asistentes, según apuntan desde la organización del evento, han podido disfrutar de un cartel a la altura del prestigio de este evento, encabezado por Lori Meyers, Maga, Nancys Rubias y Carlos Sadness. No es un adiós, sino un hasta pronto, concretamente hasta julio de 2019.

Tras la vibrante jornada del viernes, la de ayer, sábado, suponía el colofón final a «una fiesta». Porque así lo reconocía el alcalde de la localidad, José Antonio Gómez, y porque así se sentía durante las horas previas al comienzo en las calles del pueblo.

La paz y el sosiego de sus estrechas y escarpadas calles blancas supieron acoger al color y al sonido de la música sin reparo, unidos en una perfecta sintonía. Era una simbiosis que parecía ir más allá de los elementos visuales y trasladarse a los allí presentes.

Jóvenes o no tanto, amantes del género «indie» o no. Poco importaba. Todo eran risas, «selfies», momentos para compartir con los amigos y mucha expectación por ver qué depararía el cartel del sábado noche.

Pocos eran los valientes que se animaban a asistir a las pruebas de sonido y al montaje de las barras y puestos de venta. La fuerza de atracción se concentraba en las terrazas de los bares, disfrutando del ambiente previo a base de bebidas frías. Era la cara buena de la moneda, la de la despreocupación. La otra cara la representaban los tenderos, preparando sus puestos a pleno sol. Pulseras, pareos, figuras, piercings y demás productos artesanos atraían las miradas de los curiosos que paseaban por las decoradas calles blancas. Cada vez con más afluencia.

Entremezclándose con los asistentes también destacó la presencia de los voluntarios, los que se prestan a aportar su granito de arena para que todo salga a pedir de boca. Siempre con la intención de mejorar la edición anterior.

Ana Merino, una de las voluntarias en la organización del evento, destacó, satisfecha, que se han cumplido las expectativas, añadiendo que es algo en lo que los asistentes han colaborado, ya que «su comportamiento está siendo ejemplar». Ana es una de las 32 personas que componen el grupo de voluntariados en cuanto a la organización, aunque el total asciende a casi 50. «Somos más mujeres que hombres, suele ser así cada año», explicó Merino.

Por otro lado, Raúl González e Inma Macías, dos de los asistentes, también mostraron su satisfacción ante el inminente comienzo de los conciertos. «La jornada de hoy va a ser más fuerte que la de ayer, el cartel es muy bueno», señaló Inma. «Llevo tres años viniendo a este festival y es algo que me gusta, tanto la música como el ambiente».

Lo mejor estaba por llegar. Las actuaciones de Carlos Sadness y Maga, entre muchos otros, la noche anterior, Lori Meyers y Nancys Rubias acaparaban buena parte del interés. Eran los dos platos fuertes que acogería no solo el escenario Patio-Victoria, sino el Festival en general. Previamente, Unsuspected, a partir de las 22.00 horas, sería el encargado de ir aglomerando a la gente en el escenario Plaza. Era el pistoletazo de salida de la última jornada del festival.

Orden Definitivo, Betamax, JJ Sprondel y Bud Spencer completarían el elenco de dicho escenario. Por parte del escenario Patio-Victoria, el principal, Dreyma, Nunatak, Lori Meyers, Nancys Rubias y Niños Mutantes DJ Set dieron lo mejor de ellos para cerrar el evento.

Una edición más. Beneficio en el aspecto social por la diversión y por descansar de la rutina, pero también en el apartado económico. Ojén, sus habitantes y los asistentes agradecen la iniciativa y ya pueden poner sus miras en la próxima cita. Julio de 2019 está más cerca de lo que parece. Y la duodécima edición, también.