No es fácil mantenerse en forma tras más de treinta años de carrera musical. A todos nos vienen a la mente grupos y cantantes, dinosaurios del rock y del micrófono, que seguirán llenando estadios y auditorios hasta el final de sus días... y Texas tiene que estar sin lugar a dudas en esa lista. Liderados por la carismática y dicharachera Sharleen Spiteri, Texas ofreció este martes por la noche un concierto en el Starlite Festival que removió las entrañas y las cabezas de quienes pasaban los treinta y tantos en las gradas de la Cantera de Nagüeles.

Con los inconfundibles acordes de la canción que les dio a conocer en España comenzaba el show. 'I don`t want a lover', seguida de 'Summer son', 'Halo', 'Everyday now'... descargaba pronto la banda títulos de lo más conocidos de su discografía y Sharleen, con gran simpatía y un marcado acento escocés ('Bueno sí, es un acento', reconocía) no daba un respiro al público, con el que mantuvo un diálogo constante durante todo el concierto y al que solo permitió sentarse cuando ella, al piano, se sentaba para interpretar 'The thrill has gone', tema del disco que les vio nacer en 1989, Southside, y que una afortunada e incondicional seguidora que lo llevaba en vinilo tuvo la suerte de llevárselo autografiado por la vocalista escocesa, para la que no valía cualquier respuesta a su continua pregunta al respetable: 'Are you ready?' demandaba una y otra vez para incluir entre los éxitos de los 90 temas del nuevo disco, 'Jump on board'. Con 'Let's work it out' puso a bailar de nuevo al personal. 'Tell that girl' preparó el terreno para un final de fiesta con de nuevo varias canciones más conocidas de aquella lejana década de los 90: 'In demand', 'Inner Smile' (tema del disco recopilatorio y, quizá, el último gran éxito de la banda) para acabar con la esperada 'Say what you want' y con una sentida declaración de amor de los escoceses, que agradecían al público español su fidelidad durante todos estos años.

Un amago del 'Seven Nation Army' de los White Stripes, encendido por los cánticos del público que demandaban su vuelta al escenario, precedió al tributo al rey del rock. Texas hizo suyo el mítico 'Suspicious minds' que Elvis hizo famoso para despedirse de una cantera que, por dos horas, volvió a los 90.