Concluyó la Feria Taurina de Málaga 2018, en la que hasta la última corrida a pie no se abrió la Puerta Grande Manolo Segura. Se resistió que un torero cortara dos orejas de un toro hasta el sábado 18 de agosto, cuando lo hacían por partida doble los diestros Enrique Ponce y Andrés Roca Rey. Además, cada uno de ellos sumaba un trofeo más en su otro oponente, completando la tarde más completa del abono. Dos orejas logró también López Simón, aunque en su caso una en cada toro, por lo que no tenía el privilegio de salir en volandas.

El fallo con los aceros hizo que no saliera antes ningún otro diestro, con faenas importantes marradas por Miguel Ángel Perera y, sobre todo, el malagueño Fortes, que cuajó la faena más completa el viernes 17, en una tarde rotunda tanto con el capote como con la muleta en la que impactó por la rotundidad de su toreo.

Precisamente estas dos corridas fueron las más destacadas en el aspecto ganadero, con buenos encierros de Núñez del Cuvillo y Juan Pedro Domecq. También sirvió en general la de Fuente Ymbro, además la mejor presentada en conjunto de la feria. Por el contrario, defraudaron las de Lagunajanda, Santiago Domecq (que dieron al traste con el Desafío Taurino) y sobre todo El Ventorrillo, remendada con astados de La Palmosilla también de mal juego. La novillada de Toros de la Plata fue muy complicada y seria para jóvenes demasiado noveles. Los tradicionales bailes de corrales han vuelto a estar presentes con un elevado número de reses rechazadas por parte de los equipos veterinarios; consiguiéndose que la presentación general de los toros que han saltado al ruedo haya sido adecuada.

La primera oreja del abono fue paseada por José Garrido, al igual que harían posteriormente Sebastián Castella y Juan José Padilla, así como el novillero José Antonio Lavado.

También hubo toreros que no cumplieron las expectativas creadas, fundamentalmente El Juli con una decepcionante actuación en conjunto que recibió numerosas críticas por parte de los aficionados. Tampoco estuvieron al nivel esperado otras figuras como Alejandro Talavante, lamentable con los aceros, y José María Manzanares, que no pasó de discreto.

En lo que respecta a los novilleros, además de la oreja de Lavado fue ovacionado el también malagueño Curro Mázquez, que ha sido el único actuante que ha tenido que ser intervenido en la enfermería de una cornada de 10 centímetros en su pierna izquierda.

Mención aparte merecen los rejoneadores, con una tarde que pudo ser histórica para Diego Ventura, que cuajó una faena inolvidable en la corrida mixta que compartía con Ponce en su primer paseíllo y El Juli. Solo su falta de acierto con los rejones de muerte le privó de salir a hombros. Este domingo, en el festejo específico del toreo a caballo, también sumaron un trofeo Pablo Hermoso de Mendoza y Lea Vicens, aunque en un tono muy menor.

En lo que respecta a la asistencia de espectadores, se ha apreciado un ligero incremento de aficionados en los tendidos. Cierto es que, tras un multitudinario XIII Certamen Internacional de Escuelas Taurinas (en el que se proclamó triunfado el mexicano Miguel Aguilar), los cuatro primeros espectáculos contaron con una pobre entrada de público, por debajo de la media entrada. Subió considerablemente a partir del miércoles con la Corrida Picassiana, que subió su asistencia con respecto al pasado año, y sobre todo el jueves y sábado, en las que se rozó el lleno. Tres cuartos hubo el viernes 17, en otra de las buenas entradas del ciclo.

Una vez concluida la feria, y a la espera de que los distintos jurados fallen los diferentes trofeos (el martes se reunirá el del Capote de Paseo que concede el Ayuntamiento con empate técnico en las puntuaciones previas entre Ponce y Fortes), La Malagueta cerrará sus puertas para proseguir con la renovación integral que está acometiendo la Diputación y que hará que el próximo año tampoco haya toros en Semana Santa. Será en agosto de 2019 cuando se reabran sus puertas totalmente restaurada y reconvertida en un gran centro cultural.