El Centro Penitenciario de Alhaurín de la Torre acogerá a mediados de septiembre la décima edición del Festival Alhaurín en Corto, con el que la Asociación Arrabal lleva diez años trabajando para acercar la cultura audiovisual actual a la población reclusa de esa prisión.

Este proyecto nació en 2008 cuando la Asociación Arrabal organizaba una actividad audiovisual para la formación de los presos de Alhaurín de la Torre. Al ver el interés que mostraban los reclusos por la cultura del cine, la Asociación decidió lanzar de manera pública un concurso de cortometrajes para que personas que toda España pudiesen participar en la convocatoria y que los internos pudiesen conocer el sector de cerca y proyectar iniciativas artísticas una vez recuperada la libertad.

Como cada año, más de un centenar de internos e internas de distintos módulos tendrán la oportunidad de participar en la fase final del Festival visionando los trabajos audiovisuales preseleccionados e interviniendo en el coloquio posterior con los creadores, productores, actores o el personal técnico que acuden a la prisión de Alhaurín de la Torre en representación de los cortometrajes.

Juan de Lucas, técnico de la Asociación Arrabal, explica que para ellos poder celebrar por décimo año consecutivo este Festival Alhaurín en Corto es todo un orgullo. «Para nosotros es un honor seguir. Tenemos que agradecer a las autoridades que nos dejan desarrollar el certamen dentro de la prisión y muestran interés por este proyecto de inclusión social» señala.

Además, considera que este día es uno de los preferidos por todos en el centro penitenciario: «Es un día que disfrutamos todos. Los reclusos ven los trabajos, analizan, reflexionan y dan su opinión sobre ellos, contribuyendo a la selección del ganador. Del mismo modo, las personas que vienen en representación de los cortos tienen la oportunidad de conocer de primera mano la historia de los presos y charlar con ellos»

Aunque en la fase de preselección sea un jurado formado por profesionales de la comunicación, especialistas del ámbito audiovisual y social y también personas exreclusas participantes en ediciones anteriores quien decida los trabajos que pasan el corte y se clasifican en la fase final son los propios asistentes los que eligen mediante votación quién es el ganador de la edición.

En cuanto al premio, la Asociación Arrabal otorga al ganador un cheque de 200 euros para apoyar sus nuevos proyecto y, además, concede una estatuilla con forma de cámara antigua diseñada por los propios reclusos en los talleres de la prisión.

Hasta el próximo 2 de septiembre el plazo para inscribirse en el Festival seguirá abierto. Para participar solo hay que enviar el cortometraje por correo electrónico. La temática del mismo es libre y no debe superar los doce minutos. Uno de los requisitos que exigen es que los finalistas deben acudir obligatoriamente a la fase final en la prisión de Alhaurín.

Como declaraba Juan de Lucas: «este Festival es diferente» por su ubicación pero en él reside la ilusión y el trabajo de las personas que luchan para que cada año siga creciendo y ayudando a los reclusos.